Estoy segura de que no corren buenos tiempos para la lírica, pero sí son halagüeños para la diversidad. La muy popular Barbie, en sí un icono pop de ‘virtudes’ físicas inalcanzables, cambia de talla y de color de piel. Mattel presenta tres nuevas siluetas y amplía la paleta de colores, lo que supone la mayor innovación en los 57 años de vida de la muñeca más vendida del mundo.
Alta, baja o con curvas. En 7 tonos de piel, 22 colores de ojos y 24 peinados. Como colofón, los nuevos accesorios de moda, entre los que se incluyen unos comodísimos zapatos planos. Adiós a la mujer-blanca-soltera (pero con novio perfecto)-rubia. Damos la bienvenida a la Barbie que transmite ciertos valores.
Sea porque nos posee el espíritu de la corrección política, como porque realmente estamos por defender nobles causas, lo cierto es que este mundo es cada vez más ancho, colorido y acogedor para sus habitantes. Hay que celebrar cada muestra de apertura a la realidad humana como lo que es: una oportunidad para la reflexión. Aunque nos cueste mucho creer en la pureza de intenciones de los genios del marketing.
En palabras de Evelyn Mazzocco, Vicepresidenta Senior y Global General Manager de Barbie, “Estamos entusiasmados con esta evolución. Las nuevas muñecas representan una línea que refleja mejor el mundo que las niñas ven a su alrededor y les permite encontrar una muñeca con la que identificarse. Como marca, somos responsables de mostrar una idea más amplia de la belleza a niños y padres.”
Y si Barbie apuesta por romper los moldes de la estética, la cadena Toy Planet lleva un par de años subvirtiendo los roles de género en sus catálogos. Una apuesta arriesgada y necesaria para combatir el sexismo que con tanta fiereza se empeñan en mantener algunos sectores decisivos para la educación de nuestros hijos –quizá por falta de imaginación, de ganas o de sesera-.
Valorando el acervo cultural, no olvidemos que algunas firmas señeras y muy visibles de la moda y la belleza llevan un tiempo poniendo su granito de arena, en forma de modelos muy poco canónicas, incluso transgénero, entre la belleza hegemónica que copa los medios de comunicación.
Hasta ahora, nadie se ha ofendido. Menos fortuna corre VIPS, quien se enfrenta en estos momentos a la asociación medieval católica y ultraderechista Hazte Oír por su campaña protagonizada por una pareja gay.
La petición escrita por la plataforma acumula ya más de 16.000 firmas e incluye entre sus alegatos lo peligroso que resulta “normalizar una imagen de la familia que no es la natural” y la preocupación por “confundir a los niños”.
¿Perpleja? ¿Espantada? Pues esto está pasando en pleno 2016. Por si acaso creías que no queda nada por hacer.