Enero y febrero son los meses preferidos por los resfriados para atacarnos sin piedad. Ya hemos vuelto a la rutina tras las vacaciones navideñas, al trabajo, a comer casi de cualquier manera, al estrés… Cambian las temperaturas, nos trasladamos en transporte público y estamos más en contacto con los virus del resfriado común, una enfermedad casi siempre leve pero incomodísima. ¿Le plantamos cara? Te decimos cómo.
Virus del catarro.
Nuestras abuelas siempre han dicho que un catarro sin tratamiento dura 7 días y sin tratar, una semana. Si tienes un resfriado notarás congestión nasal, dolor de cabeza, picor de ojos, dolor de garganta, tos, cansancio, malestar general… En fin, te encuentras fatal. ¡Cuidado! Sólo tienes un resfriado que, aunque incómodo, no tiene nada que ver con la gripe, que ya os contamos en un post anterior cómo mejorarla. El primero es una enfermedad infecciosa viral leve del aparato respiratorio superior que afecta a personas de todas las edades, altamente contagiosa, causada fundamentalmente por rinovirus y coronavirus, mientras que la gripe es una infección vírica que afecta principalmente a la nariz, la garganta, los bronquios y, ocasionalmente, los pulmones; dura generalmente una semana y se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea y malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis.
Ninguna de las dos se cura con antibióticos puesto que es un virus y no una bacteria. Pero sí es importante tratar los síntomas ya que una persona resfriada puede expulsar el virus mediante la tos y los estornudos, con lo que cualquiera puede contagiarse respirando en un ambiente en el que el virus se ha propagado. Los gérmenes entran por la nariz o por las membranas de los ojos, y atraviesan la mucosa y pasan al organismo, al tiempo que se multiplican. Tocar objetos contaminados con las manos y luego llevárselas a los ojos o la nariz también puede facilitar el contagio.
Para prevenirlos, lo mejor es no permanecer mucho tiempo en lugares cerrados, lavarse las manos y tomar suplementos de zinc, entre 10 o 15 miligramos de sulfato de zinc al día, para evitarlos.
El zinc es un mineral que cumple un papel fundamental en nuestro sistema inmunológico. También, contribuye a asimilar las proteínas y los carbohidratos y es esencial para el funcionamiento de las enzimas y, por consiguiente, para la producción de energía. Este mineral se encuentra en el cacao, las ostras, cacahuetes, calabaza, sésamo, carne de cordero, espinacas, setas, y germen de trigo. Diversos estudios afirmar que tomar zinc durante las 24 horas posteriores a haberte resfriado acorta su duración e intensidad.
¿Y cuándo ya he cogido el “trancazo”, ¿qué hago? Lo mejor que puedes hacer es descansar. Toma líquidos, algún analgésico suave, jarabe antitusígeno o mucolítico, algún descongestionante y poco más: esperar a que pase.
Podemos ir más allá y darte algunos consejos para pasar mejor el día a día hasta que estés como una rosa:
- No remolonees y te quedes en la cama. Estarás mucho más congestionada. Date una ducha caliente: el vapor de la ducha te despejarán el pecho y hará que respires mejor.
- Evita tomar lácteos ya que estos espesan las flemas; mejor tómate un té que aliviará los problemas de garganta y te ayudará a diluir mejor la mucosidad.
- Hidrátate todo lo que puedas. Coge una botella con agua o una infusión y bebe, bebe, bebe…
- Date un paseo: no estés todo el día en casa, te congestionarás más. Con una caminata de unos 20 minutos estimularás tu respiración abriendo los conductos nasales.
- Cena algo caliente, como una sopa de pollo, por ejemplo, para ir diluyendo la mucosidad almacenada durante el día.
- Antes de acostarte haz vahos y gárgaras; así dormirás mejor.
- Duerme al menos 7 horas. Un estudio publicado en la revista norteamericana Sleep afirma que para acabar con el resfriado el cuerpo necesita al menos siete horas de sueño. Para estar más cómoda y respirar mejor, eleva un poco la almohada poniendo un almohadón debajo. Si tienes humidificador, úsalo. Respirarás mejor.
Y, aunque siempre nos han dicho que tomemos mucha vitamina C, se ha demostrado que no es eficaz contra los resfriados. En otro post os contaré para qué sirve de verdad la vitamina C.