Con la llegada del otoño y la falta de luz nuestro organismo se resiente. Para contrarrestar sus efectos, nada mejor que proporcionar al organismo una dieta que ayude a la formación y mantenimiento de los neurotransmisores para que nuestras neuronas se conserven en buen estado y pasemos un buen invierno. Os vamos a contar qué alimentos no deben faltar en vuestro día a día.
Partiendo de la base de que no hacemos milagros y que las dietas milagro no existen, lo que os proponemos son unos alimentos que os ayudarán a mejorar nuestros niveles hormonales y sentirnos bien física y emocionalmente.
Todo tiene su explicación porque nuestro cerebro está compuesto por células nerviosas (no una sino billones) que son las neuronas. Si éstas se comunican bien, nuestro coco trabajará de maravilla; esta comunicación se efectúa gracias a los neurotransmisores. Lo que dicen los neurólogos es que cada uno de los neurotransmisores que utilizan las neuronas para comunicarse se produce a partir de algunos componentes que tenemos que comer.
Por supuesto que lo mejor es obtenerlos a través de fuentes naturales y no complementos alimenticios industrializados.
¿Qué debemos incluir?
Hidratos de carbono, que nos ayudan a producir la llamada “hormona de la felicidad” y que nos estabiliza los niveles de azúcar. Pero… tomar azúcares refinados y en exceso o productos procesados nos producen picos y bajadas en los niveles de azúcar en sangre que no nos interesan nada de nada. Las legumbres, los cereales, la fruta y los cereales contienen hidratos de carbono.
Triptófano, un aminoácido esencial muy vinculado a los estados de ánimo, que ayuda a tener tranquilidad y a relajarnos, por lo que controla la ansiedad (esa mala compañía…) y previene el insomnio. Podemos encontrarlo en los huevos (se pueden comer varios a la semana, no os asustéis), la leche, cereales integrales, garbanzos, frutos secos, cacao y frutas como el plátano.
Fenilalanina, que posee un efecto antidepresivo y analgésico y nos da sensación de bienestar. Está en los alimentos ricos en proteínas, tanto de origen animal (pescado, carne, huevos y lácteos) como vegetal (espárragos, legumbres…).
Magnesio, que ayuda a equilibrar el sistema nervioso central. Su ausencia propicia los dolores de cabeza, calambres musculares, ansiedad, fatiga, insomnio. Lo encontramos en el chocolate, la avena, los cereales integrales, el marisco (¡aprovechad, que llegan las navidades!), las nueces y los higos secos.
Omega 3, que contribuye a disminuir la ansiedad, los trastornos del sueño y la tristeza y que se pueden encontrar en los pescados azules, los aceites vegetales y los frutos secos.
Alimentos ricos en vitaminas B y C, que son esenciales para nuestro organismo. Si faltan estas vitaminas tendremos cansancio y debilidad. La vitamina B está en la levadura de cerveza, la lecitina de soja, el germen de trigo, los vegetales de hoja verde, los frutos secos, las legumbres, la yema de huevo, el hígado, los pescados y los frutos del mar. La vitamina C está en la mayoría de verduras y frutas, aunque de manera más abundante en los cítricos, el kiwi, el perejil, el brécol y el pimiento.
¿Os habéis dado cuenta de una cosa? Todos, todos los alimentos que os hemos propuestos son los que todos los nutricionistas y dietistas dicen que comamos. Sí, que comamos de todo, que así nos encontraremos bien y pasaremos un invierno de lujo.