El pasado agosto, la FDA aprobó un nuevo medicamento que vendría a rebautizarse inmediatamente como ‘la Viagra femenina’. El activo de esta píldora rosa (porque es rosa) es la flibanserina, y su objetivo es potenciar el deseo sexual femenino. Es decir, nada que ver con su homóloga masculina. Pero tampoco con una milagrosa droga que resuelva la abulia sexual, sino más bien con un mediocre antidepresivo.

Lo explicamos.

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La Viagra es una droga específica contra la disfunción eréctil. Los hombres toman las pastillas azules (porque son azules) en ocasiones puntuales para irrigar el pene de renovados sangre y bríos, mejorando con ello la potencia sexual sin que exista ningún otro problema de base. Las mujeres deben tomar la flibanserina cada día como activador de la libido. La pastilla rosa actúa sobre el deseo sexual donde se genera, en el propio centro de operaciones: el cerebro. Justo igual que un antidepresivo.

De hecho, la compañía Boehringer Ingelheim desarrolló la droga bajo la catalogación de antidepresivo, pero no llegó muy lejos en las pruebas clínicas. El único área en el que parecía marcar la diferencia, según los tests sobre voluntarias, fue el de la fogosidad. Sprout Pharmaceuticals decidió entonces reformular la droga como un estimulador de la libido. Pero incluso en esta nueva encarnación como droga sexual, la flibanserina funcionaba así asá en las pruebas. Aun así, cinco años después, y con la ayuda de la asociación por los derechos de género “Even the score” y de la compañía Big Pharma, se reconoció la primera droga que trata la disfunción del deseo sexual femenino.

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Ciñéndonos a la química, la flibanserina se considera un desinhibidor de la dopamina-noradrenalina. Lo que significa que aumenta los niveles de estos dos transmisores clave. Ahora mismo, sólo existe otra sustancia que actúe igual, la Agomelatina, habitualmente prescrita en episodios depresivos.

Perteneciente a otra familia de medicamentos, nos encontramos otro popular antidepresivo, el Wellbutrin, que también actúa sobre la noradrenalina y la dopamina. En paralelo a la mejora del estado de ánimo, muchas mujeres reportaron una mejora del deseo sexual, por lo que a veces los médicos la prescriben ‘off-the-records’ con esa finalidad. Así que, ¿por qué no ha sido aprobada directamente como droga sobre la disfunción sexual femenina? ¿Quizá porque es francamente difícil disociar el deseo del estado de ánimo en general?

Las mujeres que lo deseen podrán adquirir la ‘Viagra femenina’ en octubre. Así que si la dosis diaria de pastilla rosa no prende fuego a la llama, siempre podemos plantear un plan B: convocar a los psiquiatras a un debate sobre la depresión. La disfunción sexual femenina no debería ser un eufemismo de un desorden mental. A lo mejor simplemente es que no apetece o se atraviesa un bajón por pequeñas y grandes razones de la vida moderna. A lo mejor usted tiene que cambiar de pareja o probar cosas nuevas. En cualquier caso, usted está bien.