El ácido hialurónico se ha consolidado como el mejor aliado estético para rellenar arrugas estáticas y redibujar contornos. Inyectado por unas manos expertas, mejora la expresión sutilmente con la ventaja de que, pasados entre 6 y 8 meses, se reabsorbe. Pero hasta ahora tenía una limitación: las arrugas dinámicas a las que sólo se podía atacar con botox. Ahora llega una nueva generación, el Ácido Hialurónico Resiliente, capaz de corregir las arrugas de movimiento respetando la expresividad facial.
El ácido hialurónico es el tratamiento estrella cuando se trata de rellenar las arrugas estáticas como el surco nasogeniano (ese que se forma desde el ala de la nariz hasta la comisura de la boca) o el nasolabial (desde la comisura de la boca hasta el mentón). Sus resultados son muy naturales y se reabsorbe completamente sin dejar rastro, con la ventaja añadida de que rehidrata la piel desde el interior. Pero cuando se necesita difuminar las arrugas dinámicas (el entrecejo, la frente o las patas de gallo), esas que se forman por los movimientos o gestos de los músculos, hasta ahora la mejor solución era el botox.
El nuevo Ácido Hialurónico Resiliente que ya ha incorporado el Instituto Médico Láser (IML) llega dispuesto a desbancar a la Toxina botulínica tipo A porque no congela los gestos. Permite corregir arrugas dinámicas que hasta el momento nunca se habían tratado con técnicas de relleno.
Para conseguirlo los laboratorios suizos Teoxane, en colaboración con la Universidad de Grenoble han desarollado un relleno con materiales viscoelásticos y una estructura en 3D. Su resiliencia hace que soporte presión y tensión sin deformarse. Un colchón de ácido hialurónico que, pese al movimiento, recupera su forma. Otra de sus ventajas es que tiene una vida más larga: unos 18 meses.
Como todos los ácidos hialurónicos, hay 4 variantes de diferentes densidades según lo que se quiera corregir:
– Resilent Hialuronic Acid (RHA) 1 y 2 con más capacidad elástica y menos resistencia a la presión para las arrugas dinámicas en la frente, entrecejo, patas de gallo, comisura de los labios u mejillas, el código de barras o arrigas del fumador (las de alrededor del labio), y las arrugas horizontales del cuello.
– RHA 3 y 4, con menos capacidad elástica y más resistencia a la presión, indicado para aumentar y proyectar estructuras óseas como los pómulos, el borde mandibular, la barbilla o la nariz.
Precio: a partir de 320 euros.
IML
Paseo General Martínez Campos, 33
Tel. 91 702 46 27