Aunque quizá no te hayas cruzado con ninguna postadolescente de pelo gris, los medios de tendencias parecen tenerlo claro: se llevan las canas. Para la joven y para la anciana, naturales o teñidas, libres como el viento, grises como la paleta de intermedios o decididamente blancas. ¿Chics y elegantosas? En algunos casos, sí. A simple vista parece otro de esos caprichosos azares de la moda que nunca se sabe cómo van a terminar. Total, reivindicar el rojo es fácil, pero ¡ah! el reto de la cana…
Sea de trayectoria corta o duradera en el panorama tendencioso, tras años de tintes y escondrijos la cana natural femenina vive un momento de liberación y gloria. También la vejez: poco a poco asistimos a jugosas campañas protagonizadas por mujeres que superan los 60 años. Porque ellas también consumen. Y aún nos espera mucha senectud en el próximo cambio generacional de millennials ‘añosas’.
¡Arribas, canas de la tierra! Echaos al aire, expandíos a los cuatro vientos…
Importante distinguir el segundo cromosoma del orgulloso pelo cano. Que no es lo mismo ser mujer canosa / vetusta / menopáusica / inserte-aquí-su-lindeza (a menos que te llames Meryl Streep) que hombre canoso / experimentado / elegante / dotado-de-un-magnetismo-irresistible (y más si te llamas George Clooney, ejemplo clásico donde los haya). La naturaleza es siempre la misma, igual de cruel o ecuánime para ambos sexos. Somos nosotros quien nos encargamos de castigar con más fiereza a alguno de sus hijos. Hijas en este caso.
Eso sí, siempre hay contundentes hijas de que deciden hacer de su capa un sayo y de su cabello, un bloque en plata tornasolado. Heavy metal.
Si tienes cana y te animas a dejarla, sepas que se deben a la disminución de melanocitos en el bulbo folicular, sea por envejecimiento del ciclo capilar como por cuestiones genéticas.
Sepas, también, que puedes mesarte los cabellos a gusto y llevarte las que quieras por el camino: por mucho que arranques una no te van a salir otras siete de regalo.
Si te decides por un espectacular tinte cano, conviene acudir a un buen estilista que te aconseje sobre el corte más adecuado para lucir gris platino. ¡No todos son iguales!
Según J.F. Lazartigue, “más que una cuestión de longitud, es más importante la textura del pelo. El color grisáceo se adaptará perfectamente a las capas muy estructuradas y muy cortas, y a un cabello espeso”.
Una vez teñida, se recomienda usar productos hidratantes específicos para pelos coloreados. Mejor a base de proteínas naturales y vegetales que reestructuran, fortalecen y protegen el cabello.
Dicho todo esto, les confieso mi necesidad de conocer la opinión del pueblo. Queridas y queridos todos, ¿qué os parece esta ‘vaina’ del pelo cano? ¿Tontá? ¿Oportunidad para empoderarnos? Díganmelo todo, por favor…