Quizá la palabra vitíligo no te diga demasiado, pero si hablamos del malogrado Michel Jackson o de la modelo Winnie Harlow, imagen de Desigual, la imagen se esclarece. Valga el juego de palabras.
La enfermedad, en apariencia únicamente con implicaciones estéticas, atañe a la pigmentación irregular de la piel. El sistema inmunitario destruye los melanocitos, lo que deviene en ‘manchas’ irregulares de mayor o menor tamaño y de azarosa distribución. Las causas no están del todo claras: se cree que se trata de una enfermedad autoinmune -que se puede transmitir a los descendientes-, pero también podría ocasionarla el estrés emocional. Se estima que un 2% de la población la padece.
No es contagiosa ni grave más allá de los problemas psicológicos que suele ocasionar en los pacientes. No tiene cura y el tratamiento tampoco la erradica del todo, aunque sí consigue uniformar bastante el tono de la piel.
El caso de Jackson ha sido suficientemente comentado e interpretado como un desprecio a su propia raza. Aunque ‘el pueblo’ siempre trató de leyenda urbana aquello de su ‘enfermedad de la piel’, el informe forense confirmó que padecía vitíligo.
Por su parte, la modelo Winnie Harlow pone en valor las características de la firma de moda Desigual con su desigual estampado. Es de desear que consiga toda clase de contratos y no sólo aquellos que necesiten de su particularidad. En cualquier caso, bienvenida sea la visibilidad sobre una enfermedad prácticamente desconocida.
El vitíligo se bifurca en dos variantes: la focal, que se presenta como ligeras manchas segmentadas en el cuerpo (especialmente en zonas expuestas al sol), y la universal, que abarca grandes extensiones.
Una vez se manifiesta es posible evitar que vaya a más practicando una correcta higiene solar y utilizando un buen factor de protección contra los UV.
El Dr. Alomar, dedicado a la enfermedad desde hace 30 años, prescribe un tratamiento a base de Tacrolimus tópico (antiinflamatorio y capaz de incrementar la actividad del melanocito), luz ultravioleta en la banda UVB-NB o luz solar controlada (para estimular los melanocitos) y Khellin (aplicado tópicamente, podría estimular la pigmentación, aunque aún no hay evidencias científicas concluyentes).
¿Tanto tratamiento por una simple cuestión estética? Sí, porque “casi el total de los pacientes lo vive muy mal. Hay quien sólo sale a la calle por la noche, se enmascara sus máculas con tratamientos cosméticos, se las tapa con mangas largas, etc.”, explica Luis Ponce de León, presidente de la Asociación de Pacientes de Vitíligo en España (ASPAVIT).
“El paciente sufre por el desconocimiento de los demás de la patología, por la desesperación ante la eficacia relativa de los tratamientos y por la marginalidad a la hora de encontrar trabajo. Yo, como Presidente, conseguí que se eliminara de las razones de exclusión para ingresar en las Fuerzas Armadas y Guardia Civil. Otros de los factores que dificulta nuestra vida diaria es tener que ponernos protector solar alto antes de salir a la calle. Hay también problemas de convivencia y sexuales. Entre los adolescentes, la exclusión social es especialmente grave”.