¿Quieres conocer la historia del afeitado perfecto?
Te cuento, desde hace miles de años el hombre se ha mirado la barba más que el ombligo, pensando en la mejor manera de librarse de ella. Pero hasta que se consiguió llegar al afeitado perfecto que se practica hoy día no todo fue un camino de rosas. El primer impulso fue descabellado y bastante doloroso, quitar los pelos a tirones. La llegada de los objetos afilados para cortar en lugar de arrancar fue un paso mucho más relajado. A lo largo de la historia, el proceso del afeitado se ha ido suavizando. Con la entrada del agua y el jabón se ablandó el ritual gracias a una preparación previa. Durante los siglos XVII y XVIII se perfeccionó la forma y el filo de las navajas de afeitar como dan muestra numeroso ejemplos tallados en bronce. El fin de la evolución surge con la llegada del brillo inoxidable del acero que continua reluciendo en los modelos actuales de navajas. Sólo utilizados por una minoría amante de la tradición y del envidiable apurado que deja el clásico afeitado húmedo manual.
LAS PRIMERAS MÁQUINAS
King C. Gillette, canadiense de origen francés inventó en 1895 la primera maquinilla de seguridad con hojas intercambiables. En 1903 sólo se vendieron 168 hojas y 51 maquinillas, todo parecía indicar que el negocio era una ruina. La I Guerra Mundial desató el filón, en 1917 la armada americana compró a mister Gillette 3,5 millones de maquinillas. El afeitado a navaja se batía en aplastante retirada. El gremio de los barberos se quedó con una representación meramente simbólica.
Sin embargo, un poco más tarde salió otro competidor: el afeitado eléctrico, patentado por Remington en 1937 para su introducción en toda Europa. Poco después, en 1939 Philips lanza la primera maquinilla eléctrica del mercado con un innovador sistema rotatorio. El inventor de las ruedas de cuchillas capaz de apurar la barba girando en todas direcciones fue Alexandre Horowitz. Aunque el gran auge del afeitado en seco se produce en la década de los 50, en la que se pasa de 2,9 millones de unidades vendidas a 30 millones. Los modelos actuales incorporan además un cartucho con crema hidratante como colmo de la delicadeza.
GRANDES EXITOS DE LOS 70
En 1971 nace la máquina de dos hojas, pero el gran salto a las tres hojas tardó casi treinta años (1998: Match 3). La incorporación de una tercera cuchilla ha sido una toda una obra de ingeniería. Bernie Gilder fue el que pronunció el famoso Eureka al decidir colocar cada una de las 3 hojas en ángulos diferentes. El dilema estaba en que: si la primera hoja levanta el pelo y la segunda lo corta antes de que vuelva a su posición inicial, con la tercera se corría el peligro de cortar a ras de piel causando heridas. Una idea tan desechable como las propias cuchillas porque la última batalla del afeitado es la conquista del confort más allá del apurado. De ahí, hemos llegado a la nueva carrera de la cosmética por hidratar y mimar las caras masculinas antes, durante y sobre todo, después del ritual. En el mercado hay una tremenda oferta de bálsamos after-shave que no son otra cosa que cremas hidratantes camufladas en una versión de diseño y fórmula masculina.
¿Utilizas siempre tu bálsamo hidratante masculino o le robas a tu novia la suya cuando se da la vuelta? Cuéntame…