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La Casa Real Británica anunciaba hace unos días que Kate Middleton espera su segundo hijo y que estaba teniendo un comienzo de embarazo complicado. La princesa tiene hiperémesis gravídica o hypermesis gravidarum, que en cristiano significa que las clásicas náuseas y vómitos de las primeras semanas de gestación son severos.

“Hiperquéeeeee” grité como una auténtica loca cuando escuché la noticia. Ella, como vive entre algodones y rodeada de médicos en palacio, tiene nombre científico para lo que sufren muchas mujeres sin darse importancia. ¿Cómo han sido tus embarazos?

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Me permito hablar de este tema algo indignada y de manera personal porque queridas lectoras, he de confesaros que estoy embarazada. Cerca de iniciar ya el quinto mes de embarazo llevo con náuseas y vomitando desde el principio, las primeras 12 semanas a todas horas, a partir del tercer mes los vómitos se limitan a las mañanas, pero siguen acompañándome cada día. Cuando en la primera ecografía le conté a mi ginecólogo que las náuseas eran continuas, que vomitaba a cada rato, que no había manera de mantener alimento sólido en el estómago y que estaba agotada, no le puso nombre al asunto, ni le dio mayor importancia, lo único que me dijo fue: ‘hay mujeres a las que tenemos que ingresar‘. Que vino a significar, ‘date con un canto en los dientes, podría ser peor‘

Que es lo que le ha pasado a la Duquesa de Cambridge, que ha acabado en el hospital. La hiperémesis gravídica se presenta con vómitos, cansancio, mareos y deshidratación. Cuando es muy severa, requiere el ingreso, igual que sucede con una gastroenteritis aguda, para hidratar y nutrir a la embarazada y el feto por vía endovenosa.

Haya o no ingreso, hay que aprender a convivir con ello los meses que dura, sobrellevándolo e intentando compaginarlo con la vida, lo que implica disimularlo como buenamente se puede en el trabajo, porque encima es pronto para hacerlo público. Quien fuera princesa. Poco a poco ese malestar va disminuyendo y desapareciendo, los plazos dependen de cada mujer, cada embarazo es un mundo y es imposible generalizar.

Las soluciones son pocas. Las féminas de tu alrededor te harán mil recomendaciones, cosas que a ellas les funcionaron, pero a ti probablemente no. Dejar una galleta en la mesilla de noche -unas me decían que saladas, otras la típica galleta María– y tomártela según abras el ojo por la mañana, tomar cosas frías, comer pocas cantidades de comida cada poco tiempo, infusiones de jengibre, bebidas frías…, he escuchado de todo y probado mucho. Que me haya funcionado, he de confesaros que nada. También hay medicamentos como el famoso Caribán, yo preferí no tomarlo, pero dicen que ayuda.

¿La culpa de tanto malestar?, pues nuestras queridas hormonas. Según los expertos es común en mujeres con niveles altísimos de hormonas y a la vez muy susceptibles a los cambios que produce el embarazo. Es, querida, una lotería.

¿Tuviste náuseas y vómitos en el embarazo?, ¿tenías algún truco infalible?