El creador de la dieta Dukan, expulsado del colegio de médicos francés

Amigas y amigos que todavía creéis en las dietas milagro, aquell@s que seguís diciendo que os da igual que sean fraudulentas porque a vosotros os funcionan, os comunico que el Doctor Dukan, el creador del régimen hiperproteico de más éxito de todos los tiempos, ha sido expulsado del colegio de médicos francés.

Lo acusan de que su dieta puede crear desequilibrios alimentarios en los pacientes, pero además le reprochan los fines comerciales de sus prácticas, ¿cuánto dinero habrá ganado con el asunto? Ahora es oficial, pero en la práctica no tendrá ningún efecto porque el señor Dukan hace más de un año hizo eso de ‘antes de que me echen, me voy yo’ y abandonó la institución por estar en desacuerdo con sus colegas. Que digno, oye, después de la que ha montado. Hubiera estado bien que las instituciones francesas hubieran tomado medidas antes.

Dukan, que se sabe vender como pocos, defiende su dieta que según él ha llegado a 40 millones de personas. Además, se convierte en adalid de la salud en el mundo y dice, sin sonrojarse, que su régimen “ha frenado la progresión del sobrepeso” y añade, que la decisión de sus colegas le impulsa a seguir avanzando porque “me digo que a mis 70 años tengo que acelerar, porque me necesitan y porque se puede ganar la guerra del sobrepeso”. ¡Toma ya!

Ya os hemos hablado de éste régimen milagro: 100 alimentos permitidos, 72 ricos en proteínas y 28 en verduras. En definitiva, abusar de las proteínas, excluir los carbohidratos y minimizar el consumo de frutas y verduras.

Como en todas las dietas hiperproteicas se bajan kilos en un plazo de tiempo corto. No es un milagro, al evitar completamente los hidratos de carbono, el cuerpo tira de las grasas. Pero tanta rapidez entraña riesgos importantes para la salud: puede afectar al funcionamiento de hígado y riñones a corto y largo plazo, producirse una pérdida de masa muscular, o provocar extreñimiento, fatiga o calambres. Por no hablar del prácticamente asegurado efecto rebote.

¿Habéis caído en sus garras?