Hace un par de tardes, y en pleno fragor de compras por eBay al más puro estilo Wall Street (¡compra!, ¡vende!, ¡traedme un desfibrilador!), recibo una paloma mensajer, digooo, un Whats App de una buena amiga descubriéndome el último vicio en aplicaciones: Wallapop.
El nombre no sugiere en absoluto las prestaciones, pensaba que sería un escaparate de iconografía popular para fondos de pantalla, o algo así. Pero nada más lejos, se trata de un mercadillo online que te trae a tu Smartphone productos variopintos para vender, comprar o incluso trocar. ¿Acaso no estamos viviendo tiempos molones?
En España, bien sea movidos por la necesidad, bien por cierto aperturismo mental (que falta nos hace), cada vez somos más de segunda mano y de reciclaje. No tires, revende; no compres, reutiliza, son las nuevas consignas que definen un consumo más responsable que da respiro a la sobre-producción.
A portales bien asentados como SegundaMano, Todocolección, Iberlibro, eBay o Milanuncios, se añade ahora este nuevo concepto de red-social-comercial que te ofrece todo aquello que los demás no quieren (en tu mismito radio de localización) y que puede ser tu próximo tesoro.
El funcionamiento es extremadamente sencillo e intuitivo.
Tú descargas la app gratuita en tu dispositivo inteligente. Permites la localización en los ajustes de privacidad porque te mostrarán el mercadillo a tu alcance justo donde estás. El aspecto es como el de Instagram, muy visual y con posibilidad de añadir una pequeña descripción del producto.
Hay tres pestañas para interactuar con el vendedor: pregunta, contraoferta o ¡Lo quiero!, opción con la que directamente reservas el producto. Si has comprado alguna vez en Segunda Mano, el proceso no tendrá misterios para ti; a partir de ahí todo se resume en acudir al punto de venta y efectuar la compra si todo va sobre ruedas.
También puedes crear tu usuario y vender todo aquello que te sobra. Lo bueno de que sea una app para móviles es que se agiliza muchísimo la subida de producto: simplemente fotografías, lo cuelgas con el mismo dispositivo y a esperar suerte.
Me comenta esta amiga por Tam Tam que ella ya lleva 900 euros vendidos, dato ciertamente sugestivo para esta tiburona de la compra-venta de chuminadas. Y digo yo, ¿quién quiere cosas nuevas, pudiendo tener un objeto con vida?