Estos días de amor, compras y elevado espíritu navideño, me he visto asaltada por una preocupación absoluta, un miedo sin fondo, un pánico descorazonador atrapado en mi alma… Veeeinticinco de diciembre, fun fun fHORROR, y ahora, ¡¿QUÉ ME PONGO?!
Es una voz tenue, delicada, apenas audible entre los celestiales cánticos que me impulsan a atender los asuntos de Oriente Medio o hacer el bien sin que nadie lo sepa… Intento desoírla, pero ahí está ella, ladina, insidiosa, machacona. Habrá que estar hasta en los pequeños detalles, pienso por aplacar la liviana desazón. Organizándose da tiempo a todo. No hay nada más vital que saber priorizar.
Aparta a regañadientes el mercadillo solidario, destierra la furibunda indignación (ahora que la ibas a liar) por la subida de la luz, que se encargue tu amiga desocupada de hornear las galletas para la ONG. Hoy vamos a hablar de cosas enjundiosas que requieren teología, geometría y estética. Hoy vamos a hablar de qué nos ponemos esta Navidad.
La noche del 24 cenaremos en familia. Evita zarandajas como la indigestión que te provoca tu tía segunda, que no te amargue el rictus que tu primo esté más retrógrado cada año. El sagrado aliento de la Navidad (y así debería ser todas las noches del año) es estar monísima. Y eso se consigue con un vestido sobrio, elegante, bien cortado y discreto. Uno de esos que te permite brillar sin eclipsar y seguir siendo tú.
Este vestido es de la colección otoño-invierno 2013 de Amaya Arzuaga, pero hay muchas opciones asequibles en esta línea conceptual.
La cena de empresa, tan mitificada y rodeada de leyendas, suele ser una buena ocasión para compartir un tiempo relajado (¡y a costa de la empresa!) con los compas de curro.
¿Te escuece el vacío que te propina la de la sección A, cubículo Z? Tiéndele la mano vestida como una señorita. Ya sabes que combinar escote y mini nunca fue el estilismo de hacer amigas. Con un vestido jovial a la par que de punto y cerrado, estrecharás toda clase de lazos.
Vestido de Miranda Makaroff para Lydia Delgado.
Quienes vamos sobradas de verdadero candor navideño, gustamos de denostar un poquito la Nochevieja. Que si todo es muy vulgar, que si está muy masificada… Esas astutas revelaciones de las que no se percata nadie.
Vívela a tu aire, pero con el debido respeto a la magia. La fiesta más pagana del rosario festivo agradece fantasías y extravagancias. El código es igual de estricto, pero podrás permitirte un puntito de locura. María Escoté firma la selección para esta noche ritual, en corto vertiginoso y los colores del arrebato. Sé la druida que conjura los hados. Un año que comienza sugiere posibilidades de cambio.
Y tú, ¿ya te has planteado traperío en algún rato libre?