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“Hay tardes extrañas en que las flores tienen  alma”. Albert Samain.

Hoy me voy a conceder la venia de generalizar afirmando, sin despeinarme, que a todas las mujeres nos encantan las flores y las velas. Modestos objetos de deseo que alegran la casa y le confieren personalidad.

Carrière Frères Industries suma y sigue por la unión de los placeres.

Su austera línea de velas soliflor convoca la satisfacción de regalarse un ambiente perfumado ‘cuando arrivo a casa’ (‘ti merece un premio’).

Sobrias y concentradas, se dedican en cuerpo y alma a desarrollar un aroma único. El de la gardenia, el jazmín de Grasse, el grano de cacao, la pálida estela de la vainilla,  la rosa de Damasco

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Creada en 1884, en la firma pervive el espíritu artesano de las cosas hechas con mimo, primorosamente.

Llenos de imaginativas ideas de progreso, los hermanos Carrière consiguieron que los antiguos talleres de cera entraran en la revolución industrial y fueron los proveedores de la basílica del Sacré Coeur.

La experiencia hija de la tradición, revivida por la sed de novedad de una familia inspirada, ha dado luz a la nueva generación de velas, cirios y lamparillas Carrière Frères Industries, un cuaderno botánico vivo a base de esencias exóticas.

A imagen del “Lenguaje de las Flores”, muy en boga desde el Romanticismo hasta la Belle Époque, cada vela de ambiente evoca también las marchas florales de los mercados de París a los que llegaban, al término del S. XIX, los especímenes más raros y bellos.

Una colección que recuerda el momento en que los importadores y mercaderes de fin de siglo colocaban pequeños tesoros olfativos en los escotes de las damiselas, las abotonaduras de los caballeros y los grandes apartamentos haussmannianos de la nueva prosperidad.

Una colección que exige que, de ahora en adelante, venga a tu casa el perfume del mundo.

Puedes encontrar las velas Carrière Frères Industries en

BoMonde, calle Campoamor 10 (Madrid) o en bomonde.es y en Joyeria Oliver Joiers  (Valencia)

Precio: 35 euros.