Estoy contenta de poder estar todavía en la playa, agotando el verano sin que mi piel y mi cabello se resientan de los envites del sol, la sal y el viento. El mar y la arena son una gozada, pero todas conocemos su lado oscuro: pelo encrespado, complicado de peinar y una piel sedienta aquejada del típico estrés solar melanocítico. Después de muchos días de sol y relax, llega la tardor (el otoño en valenciano) un verano tardío que se prolonga en un otoño soleado y esplendido. Reconozco que el otoño no me gusta, siempre supone el fin del resplandeciente verano. Prefiero que el regreso no tenga demsiados efectos secundarios.
Basta con practicar un poco de culto y devoción hidratante extrema con un tratamiento extra incorporado a mi rutina diaria de higiene corporal bajo la ducha. Tampoco quiero volver a Madrid con los pelos de punta y mi piel cuarteándose a tiras. Por eso he decidido suavizar la operación retorno antes devolver al mundanal lío.
Todos mis cuidados han cabido en una ducha de agua templada con final refrescante para estimular mi musculatura de pies a cabeza y cerrar mis benditas cutículas capilares.
Comienza mi ritual de suavidad bajo el agua de la ducha…No es un SOS en realidad, es la ducha nuestra de cada día, viviendo a pie de playa, viendo el mar, nadando y tomando el sol con cierta medida y atrincherada detrás de filtros potentes el 50 + primero, y luego 30. Pero siempre, haciendo un vuelta y vuelta bastante moderado sobre la toalla, mejor por las tardes de cálidos pero no incisivos rayos solares. Nada de sol entre las 12 y las 16 horas aprox. Me encanta evitar las horas punta en la playa.
Después de una baño de mar, el primer chorro del agua de la ducha está destinado a aclarar la piel y el cabello del agua salada. Con el cuerpo húmedo es el momento de aplicar una exfoliante de ducha para el cuerpo y otra para la cara. Mejor apaga el grifo y dedícate a masajear la exfoliante de pies a cabeza generosamente, insistiendo en codos, rodillas, talones y todas las zonas donde tu piel aparezca más reseca. Además de limar tu bronceado y eliminar las células muertas, dejarás la piel más receptiva para recibir el after sun o la leche hidratante corporal que aplicaremos al salir de la ducha sobre la piel completamente seca.
La exfoliación facial y corporal renueva las defensas y acondiciona la piel, además ahora sabemos que previene el cáncer de piel. Exfolíate bien antes de extender la hidratante corporal o el after sun que vayas a aplicar. Seguro que a la hora de mudar la piel, el proceso no será tan desgarrador.
Ocean Salt de Lush. Un cóctel de sal marina fina y gruesa con aceite de lima y lima orgánica extraída en vodka para refrescar la piel y masajear a placer. Aunque es un exfoliante facial también lo puedes aplicar sin temor a equivocarte sobre el cuerpo un tanto sensibilizado por el sol.
Precio: 21, 50 euros/200 gramos.
Si tu piel está algo colorada por el sol, entrégate a un gel de Aloe Vera puro o una pomada untuosa como Skin Food de Weleda, una de mis favoritas del verano. Por supuesto, también muy recomendados los aceites nutritivos como los de Monoï de Tahiti, Argán, Jojoba y Rosa Mosqueta, especialmente para cara, escote y zonas con arrugas incipientes, estrías o sequedad extrema con mención de honor a nuestros benditos pies.
El cabello necesita un lavado a conciencia con champú neutro o enriquecido, dependiendo del estado del cabello: graso, seco, débil y claro está: un buen aclarado. A continuación y para suavizar cualquier enredo capilar va muy bien aplicar acondicionador, masajear con suavidad y aclarar dejando siempre un poco de producto en el cabello. De esta manera, será más fácil peinarlo. Me encantan los acondicionadores sin aclarado y las mascarillas de hidratación intensiva. La verdad es que me he traído un pequeño arsenal de nutrición capilar donde no falta un protector solar en spray y una crema de día hidratante para después del lavado, que aporta brillo al instante y facilita el peinado de cualquier tipo de cabello sin distinción de edad.
Te recomiendo la Edición Especial Verano de Moroccanoil formulada a base de aceite de argán. Este pack incluye en una bonita bolsa de playa el Spray de Brillo Intenso Moroccanoil 100ml + Crema Hidratante para Peinar Moroccanoil.
Precio: 59 euros. Moroccanoil se vende exclusivamente en salones de peluquería. Para más información: www.moroccanoil.com
Por supuesto, no recomiendo secadores ni planchas. Sólo una toalla seca para absorber la humedad por medido de un masaje enérgico pero suave al mismo tiempo.
Con la temperatura que hace no me creo que necesites secador por miedo a pillar un resfriado. El brillo capilar florece con un poco de mimo. Evitar las agresiones es sin duda la mejor protección a largo plazo.
¡Por un brillante final de verano y una operación retorno lo más suave posible!
angeles dice:
Beatriz Peña 
maria 
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