Polvos de sol, maquillajes dorados o un autobronceador en crema son la base del verdadero bronceado ideal. Ese que sólo se consigue por métodos cosméticos puramente artificiales sin haber visto un rayo de sol. Ese caliente astro con consecuencias impredecibles, pero a todas luces perjudiciales.
Ay, el sol. Nunca sabemos cuando quiere salir, y cuando sale y le adoramos postrados sobre una toalla, hasta pasadas 24 horas no sabemos si nos habremos pasado en la exposición o qué nivel de bronceado nos devolverá el espejo al día siguiente. Quizás un rojo cangrejo o un moreno conguito pasado de vueltas…
Moreno a la crema. Con las nuevas fórmulas autobronceadoras podemos programar el color que queramos de forma gradual hasta obtener el nivel de intensidad que nos apetezca y mantenerlo espaciando las aplicaciones al gusto. La duración de este dorado ficticio está en relación con el proceso de exfoliación natural, aproximadamente entre 21 y 28 días, según el tipo de piel. Y cuando queramos poner fin a nuestras vacaciones imaginarias, basta con dejar de aplicar el producto y volveremos a nuestro tono habitual.
Autobronceado Alisador Instántaneo de Clarins. Mousse antiarrugas para un bronceado progresivo que aporta un suave moreno a la cara. Lo puedes aplicar después del serum o la hidratante diaria y conviene exfoliar una vez por semana. Cuando cosnigues el tono dorado que te gusta, mantienes el color con una reaplicación cada tres días.
Precio: 24, 30 euros.
Mano a mano. El ritual de aplicación recomendado por la dermatóloga jefe del Hospital Doce de Octubre y profesora de la Universidad Complutense, la doctora Aurora Guerra sigue unas sencillas pautas: “Conviene exfoliar primero, y luego repartir de forma homogénea el autobronceador. Debemos esperar una hora al menos sin tocar la piel, o humedecerla porque se puede alterar la uniformidad del resultado final. A menudo es más cómodo dárselo por la noche. Luego hay que repetir en función del tono deseado cada tres días o menos. Es cuestión de práctica”.
Otro tip a recordar si queremos evitar el efecto guante blanco, consiste en aplicar un poco de autobronceador por la parte superior de la mano después de haberse lavado bien las manos y los bordes de las uñas.
Splendours Poudre Soleil Visage de Clarins. Edición Limitada Sol de Oro. Tres tonalidades para jugar con la calidez y deslumbrar la piel de la forma más radiante. Con el complejo Mineral Sunlight Complex rico en nácares soleados y pigmentos minerales naturalesque incorporan un efecto optimizador de la luz que difumina ópticamente las arrugas y cualquier imperfección de la piel.
Precio: 45 euros.
Aplicando la tendencia del verano 2013. La magia dorada de los colores terracota da un toque favorecedor a todo tipo de pieles. Ahora no se lleva aplicarlo por todo el rostro. Los maquilladores han dictado tendencia y dicen que este año el golpe de brocha sólo se debe dar en los puntos sobresalientes del rostro, cuello y escote. Una tendencia de maquillaje que ha triunfado en las pasarelas neoyorkinas se traduce como un juego de simulación del moreno natural con más color sobre la frente, nariz, pómulos y barbilla, el mismo efecto que un alegre día de campo.
La cálida apuesta por el maquillaje bronceador en polvo es una jugada ganadora. Ganas color sin sufrir ardor ni agresión solar alguna. Además, con la misma celeridad que extiendes sus dorados efectos sobre la piel, ese dorado espejismo óptico desaparecerá bajo cualquier limpiadora.
Sin daños colaterales. Lo mejor de todo es que la piel no tiene que padecer ninguna consecuencia negativa derivada de los rayos ultravioleta porque no hace falta tomar ni un gramo de sol.
“El sol natural es un potente oxidante que lleva al envejecimiento y al cáncer. Sin embargo los autobronceadores no tienen más riego que la alergia -como cualquier otro producto- y los maquillajes incluso protegen de la radiación ultravioleta de forma física” apostilla Aurora Guerra, miembro de la AEDV (Asociación Española de Dermatología y Venerología).