Etimológicamente la palabra «dieta» proviene del griego dayta, que significa ‘régimen de vida’. Por azares del destino, el vocablo se ha circunscrito estrictamente a lo que ingerimos y el impacto que esta ingesta tiene en nuestras “redondeces”, creando toda una subcultura en torno al dieting.
En el mejor de los casos, las personas que se someten a ellas, pasan un auténtico viacrucis perdiendo no sólo kilos en el camino, sino muy frecuentemente la salud, la alegría de vivir y la esperanza de que estos métodos funcionen a largo plazo. No seré yo la que condene estas prácticas toda vez que en algunos casos, llevadas a cabo con cabeza y fundamento, funcionan para determinadas personas para las que están necesariamente prescritas. Sin embargo, merece la pena que analicemos por qué la palabra dieta genera tanta ansiedad a sus padecientes (o pacientes, ¡que de paciencia hay que armarse un rato!).
Desde el punto de vista del coaching, hay un motivo sobresaliente por el que las dietas generan una ansiedad desmedida cuando se acerca a la época estival:
Las metas que nos fijamos no cumplen un modelo racional para establecerlas.
Usemos, por ejemplo, uno de los modelos más recurrentes en coaching para saber si una meta llegará a cumplirse. Se denomina modelo SMART. Acrónimo en inglés para Specific, Measurable, Attainable, Realistic, Timing para describir que las metas deben ser: Específicas, Medibles, Alcanzables, Realistas, y Escalables en el tiempo.
En el caso de una dieta para perder kilos, la variable ESPECIFICA se resolvería preguntándose:
- ¿Qué quiero hacer?
- ¿a Quién necesito para ayudarme?
- ¿Dónde lo voy a hacer?
- ¿Cuándo lo voy a hacer?
- ¿Con qué lo haré?
Y las respuestas podrían ser las siguientes:
- quiero perder 2 kilos.
- necesito a mi madre, que es la que me hace la comida.( o a mi marido, mis hijos, etc..)
- lo voy a hacer en casa.
- en este mes.
- siguiendo p.ej, una dieta disociada.
Para que sea MEDIBLE, necesito designar un mecanismo de medición con el que comprobaré si al final mi meta se ha cumplido.
- En este caso una báscula y/o un metro me valen.
Para que sea ALCANZABLE, el objetivo se debe formular de manera que sea psicológicamente accesible y posteriormente definir en conjunto las acciones que la persona pondrá en práctica para completarlo.
- Fórmula alcanzable válida: quiero perder dos kilos antes del 30 de julio y para ello voy a hacer dieta, spinning, tratamientos en cabina, beber mucho agua y no cenar después de las 8 de la tarde.
- Fórmula no válida: quiero perder 15 kilos antes del verano; ya veré como me apaño, sobre todo dejaré de comer. (Esta fórmula nos llevará irremediablemente a la ruptura del compromiso, a la ansiedad constante y al desánimo más devastador).
Para que sea REALISTA, la meta tiene que tener en cuenta las características de la persona que la va a abordar. Es realista para una persona que pesa 120 kilos y mide 1,65 cm. perder 10 kilos en tres meses. No lo es si la persona pesa 50 kilos y quiere perder esos mismos 10 kilos. Las metas tiene que tener un factor de reto pero no de desafío imposible. Es en esta parte en la que se genera la mayor ansiedad frente a las dietas del verano ya que desoímos nuestra salud y nuestras características y tomamos prestados modelos mediáticos que nos llevan a descarrilar en nuestro empeño poniéndonos, además, plazos de ciencia ficción.
- Es realista decir: “Voy a perder un par de quilos en 2 meses para que los bikinis me sienten mejor y no tenga que tirar toda la ropa del armario del año pasado”.
- No es realista (¡ni deseable!) decir : Me quiero parecer a Cara Delevingne.
Por último una meta tiene que ser ESCALABLE EN EL TIEMPO. En coaching una meta no es meta si no tiene un punto de partida y un punto de finalización. Teniendo en cuenta todas las variables anteriores, pondremos una fecha de conclusión a nuestro objetivo, que “subdividiremos” en pequeños hitos a lo largo del camino para ir teniendo sensación de logro.
Si seguimos esta fórmula a la hora de establecer cualquier meta, vamos a evitar en gran medida la sensación de ansiedad y de frustración aparejada a ponernos en tesituras imposibles y estrambóticas.
Volvamos a la etimología. Dieta es régimen de vida. Régimen de vida es aprender a cuidarse a lo largo de nuestro viaje por aquí. Somos lo que comemos, lo que respiramos, lo que nos alimenta el alma, el cerebro, lo que nos conmueve, lo que nos eleva, lo que nos frustra y lo que nos entristece. Pero sobre todo, somos únicos e irrepetibles; ¿por qué querría alguien convertirse en una imitación?