Cuántas veces habremos deseado borrar algún recuerdo, olvidarnos por completo de algo, pero la memoria escapa a nuestro control.
Lo más triste es olvidarlo todo, nuestros recuerdos, a nuestra familia e incluso que no seamos capaces de reconocernos a nosotros mismos. El verdugo de nuestra memoria se llama Alzheimer y afecta cada año, en Europa, al 5% de la población mayor de 70 años. Y ahora, los científicos han encontrado nuevas pistas para vencer esta enfermedad de la memoria que va en aumento.
Es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta a través de un deterioro cognitivo y de trastorno de la conducta, a causa de la muerte de las neuronas y de la atrofia del cerebro. No se puede prevenir puesto que no existe diagnóstico al no conocerse la causa que la provoca, y que los factores de riesgo son, en su mayoría, no modificables (edad, sexo, antecedentes familiares), según asegura la doctora Marta Ochoa Mulas, jefa de Neurología del Hospital Universitario Madrid Montepríncipe.
Sin embargo, las últimas investigaciones dan un halo de esperanza a la prevención del Alzheimer gracias a la identificación de tres nuevos genes (clusterina, PICALM y CR1) que podrían reducir en un 20% la tasa de afectados por este mal.
Los artífices de este hallazgo son dos grupos científicos, uno británico y otro francés. El primero ha descubierto dos de estos tres genes:
• La Clusterina (CLU), conocida por su variada propiedad protectora del cerebro y cuya novedad, según revela estudio, es que ayuda a reducir las inflamaciones dañinas en el cerebro causadas por una excesiva respuesta del sistema inmunitario, función que comparte con el CR1 (receptor complementario 1, descubrimiento del equipo francés)
• El PICLAM está relacionado con el transporte de las moléculas hacia las células nerviosas y con el proceso de conexiones neuronales que ayudan a formar la memoria del individuo.
Tener determinadas versiones de estos genes incrementa entre un 10 y un 15 por ciento el riesgo de padecer Alzheimer. Según afirma una de las investigadoras del estudio, este es el mayor avance logrado en la investigación de esta enfermedad en los últimos quince años.
Los científicos creen que la inflamación cerebral puede ser un factor de gran importancia en su desarrollo, por lo que poder interactuar con estos tres nuevos genes puede dar lugar a tratamientos farmacológicos nuevos y de mayor eficacia. Lo que hace suponer que tratar el Alzheimer con medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno, puede tener efectos positivos.
La doctora Ochoa indica que la rehabilitación neuropsicológica y la terapia ocupacional han demostrado ser medidas básicas en el manejo de esta enfermedad ya que permiten mejorar las capacidades cognitivas de los afectados mientras compensan sus déficits, de modo que puedan seguir realizando las actividades básicas de la vida diaria lo más autónomamente posible.
En este sentido los tratamientos en centros de día son muy beneficiosos para este tipo de pacientes, puesto que les mantienen todo el día ocupados con actividades y les obligan a establecer relaciones sociales.
Vía: Antena 3 Noticias