Investigando cual ratón de biblioteca en diarios nacionales e internacionales en busca de noticias interesantes que contar a nuestras bellezas puras, a veces se encuentran cosas que una no entiende cómo pueden pasar casi desapercibidas.
La Escuela de Harvard de Salud Pública ha eliminado la leche de su guía de alimentación saludable. Este organismo, dependiente de la Universidad estadounidense de Harvard y que tiene la misión de promover la salud pública a través del aprendizaje, el descubrimiento y la comunicación, ha eliminado los lácteos de su Healthy Eating Plate, lo que nosotros conocemos como la rueda de la alimentación saludable o pirámide nutricional.
La leche y los lácteos no aparecen en esta rueda. Leyendo la letra pequeña se puede leer la recomendación de no tomar más de una o dos porciones de leche o derivados al día porque “el consumo elevado se asocia con un mayor riesgo de cáncer de próstata y posiblemente de cáncer de ovario”. También insisten en que “los altos niveles de grasas saturadas en la mayoría de los productos lácteos y los componentes químicos de su producción, los convierten en un alimento a evitar”. E invitan a sustituir el aporte de calcio de la leche por el que aportan hortalizas como la lechuga, la coliflor, el brócoli o las espinacas, y legumbres como las judías, garbanzos, lentejas o soja.
Para la Escuela de Harvard de Salud Pública la rueda de la alimentación saludable debería ser:
– Llena la mitad de tu plato con vegetales y frutas.
– De la otra mitad, una cuarta parte debe destinarse a los cereales, mejor integrales. Los granos enteros de trigo, el arroz y los alimentos elaborados con ellos, como pastas de trigo integral, elevan menos el azúcar en sangre y la insulina que el pan y arroz blanco y otros “granos refinados”.
– La otra cuarta parte, deben ocuparla las proteínas, mejor legumbres, pescado, aves y nueces. Un huevo al día es aceptable para la mayoría de la gente, las personas con diabetes deben limitar su consumo de huevos a tres yemas a la semana. Limita la carne roja, de cerdo, cordero y carnes procesadas, y evitar el tocino y embutidos.
– Toma agua, té y café -ésta última recomendación es más discutible-, limitando el consumo de leche y los refrescos azucarados.
– Mantente activ@, es la “mitad del secreto para controlar el peso, la otra mitad es una dieta saludable, con porciones modestas que satisfagan tus necesidades calóricas”.