Estoy radicalmente en contra de la violencia de cualquier género: femenino, masculino o gubernamental. Plenamente a favor del trabajo, la salud y la educación como derechos fundamentales. Por favor, recorten un poco más el Ministerio de Sanidad, Igualdad y el Instituto de la Mujer o pongan otro del Hombre por verdadera paridad o hagan uno de partos complicados o paridas conceptuales variadas: en defensa del ser humano como animal en peligro de extinción, de ética del capitalismo o contra el machismo ibérico y ya puestos también del boliviano. Hagan un Ministerio a la Desigualdad Creciente y Dinero Menguante, o algo de más utilidad: un buen instituto público para educar a esas almas cándidas de sexo y sexualidad por definir. Como madre indudablemente estoy aterrada después de haber visto una entrega de Callejeros Poligoneros al borde de la ceguera total durante un memorable “fin-de” de polluelos sin destino. Sí, lo sé, todos los jóvenes no son iguales, pero la educación es básica. Tampoco todas las mujeres somos iguales. A mí algunas me parecen de otro planeta y eso que no soy racista ni siquiera con los alienígenas.
Sí, esto puede ser el “fin-de” de algo. Hay cosas urgentes y quedan muchos deberes por hacer. Las mujeres trabajamos, pues claro. La lucha ahora debe ser otra. Por favor, no cierren hospitales al público, ni una sola planta, que ya hay bastantes casas vacías y demasiada gente sin casa y con familia. Casados unos, arrejuntados otros en pecaminoso concubinato, divorciados sobre el 50% de los casados y muchos mal avenidos en todos los sinsentidos del matrimonio. Otros sin embargo, encantados de convivir con su extraña y feliz pareja. Bienvenidos al mundo real.
Siempre ha habido mujeres y mujeres, hombres y hombres. A día de hoy, mucho más de lo mismo, en una tremenda marea de mujeres y hombres, hombres y mujeres, sin nombre que tenemos que arrimar los dos hombros juntos o por separado. Nos faltan manos y sobre todo trabajo. Adelante el que pueda.
Cada uno en su casa hace su revolución particular con el que tiene al lado en ese momento, su compañero de vida, incluso de maltratro consentido o con orden de alejamiento. Ningún funcionario ni Ministerio ha venido a mediar en las peleas caseras y decidir quién tiene que poner la lavadora para blanquear mejor los trapos sucios. Por justicia, eliminen chorradas improductivas.
La Mujer Barbuda de José de Ribera
Siempre ha habido y habrá mujeres barbudas, hombres barbilampiños, mujeres guerreras, mujeres florero, boxeadoras, cirujanas, escritoras y escritores, jueces, maestros, policías y ladrones…Pero lo peor es una sociedad de analfabetos y enfermos desantendidos. Por misericordía humana, dejénse de chorradas, y cubran la sanidad y la educación de forma decente. Hemos vuelto a la revolución de pan, salud y escolarización.
Por favor, dejemos a las mujeres quietas, pero no paradas. Siempre hemos hecho lo que hemos querido, conseguido y podido. Ya sabemos que podemos y lo hacemos. Hacemos todo lo que podemos y un poquito más.
¡Feliz día de la Mujer Trabajadora! ¡Feliz Día del Trabajo! ¿Qué tal un Día del Parado?