La psicóloga Victoria Cadarso nos ha contado un sabio decálogo para mantener el estrés a raya.

Intenta estar presente y hacer una sola cosa a la vez. Tener un solo foco de atención evita sobrecargar nuestro cerebro. Nos hace estar más concentrados y, aunque creamos lo contrario, esta concentración facilita nuestro trabajo, en el sentido de que no sólo terminamos antes, sino que nos equivocamos menos.
Mantén el sentido del humor, tómate las cosas con tranquilidad y alegría. El humor y la risa equilibran tus emociones negativas y fomentan las emociones positivas. Cuando tenemos sensación de paz y armonía, vemos las soluciones en vez de los posibles problemas, nos ocupamos en vez de preocuparnos.
Aprende a relajarte a lo largo del día, busca pequeños espacios donde puedas respirar relajadamente, donde puedas desbloquearte con la técnica de desbloqueo, donde puedas movilizar la energía con algún movimiento, donde uses las técnicas de relajación, meditación y visualización.
Duerme bien. Cuando se duerme la cantidad de horas necesarias, el cuerpo y la mente se mantienen en buen estado y se puede manejar cualquier situación negativa que cause estrés. Si puedes dar una cabezada a mediodía o a media tarde, o simplemente cerrar los ojos 10 minutos, ayuda a recuperar energía.


Aliméntate con nutrientes naturales que equilibren tu organismo y te den la energía necesaria para llevar a cabo las tareas diarias; evita los excitantes y alimentos demasiado procesados.
Haz ejercicio, da igual cuál, como si sólo andas todos los días una media hora, el caso es que muevas tu organismo. También puedes aprender yoga, chi kung o tai chi y hacer algún tipo de ejercicio físico suave para movilizar la energía y liberar adrenalina.
Organízate, planifica usando el tiempo a tu favor, no te sobrecargues, sé realista. Si haces menos cosas, no pasa nada. Aprende a priorizar y planificar para no tener la sensación de que no llegas a todo lo que quieres hacer. (¡Terible sensación!)
Comunícate y comparte, además de poder «descargar» las tensiones hablando de ellas, no caigas en el victimismo y en dar vueltas a los temas una y otra vez, creando circuitos de negativismo e impotencia. Busca soluciones alternativas. Utiliza el pensamiento y las afirmaciones positivas.
Disfruta de las pequeñas cosas, disfruta de la gente y con la gente, busca por lo menos un momento al día para darte a ti mismo un gusto, algo que te guste y que sea como un premio, puede ser una charla con un amigo, compartir alguna alegría, darte un baño relajante, pasear un rato o comer algo que te agrade.
Vive de acuerdo con tus valores y propósito en la vida. Date cuenta de lo que es importante y no dejes un día sin escuchar, reforzar o compartir con tus seres queridos, familia o amigos.

¿Conoces algún otro remedio infalible para gestionar el estrés?