Con subida de IVA incluida, el final de verano ya está aquí y el curso –laboral y escolar- tiene que empezar, aunque nos duela sólo de pensarlo. Vuelta a la rutina pura y dura, aunque, eso sí, con mejor cara. Y aunque ese bronceado te favorece –un bronceado ligero porque no te has separado de tu protección solar SPF50 en todo el verano, ¿verdad?-, no todo es tan bonito, la piel sufre en este periodo y vuelve sedienta de tanta exposición al sol, tanto baño y tanto tiempo al aire libre. Es bastante normal que toda hidratante que te eches, se absorba rápidamente y la piel te pida más, necesita agua, una rehidratación que, además, prolongará el bronceado.
Es fácil reconocer una piel deshidratada: te falta suavidad y elasticidad, tienes la piel apagada, o tirante y rugosa, e incluso, a veces, escamada. Pueden aparecer, incluso, arrugas de ‘deshidratación’, sobre todo en el rostro, en los pómulos y el contorno de ojos. ¿Qué puedes hacer?
Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (ADVE), lo mejor para restaurar el equilibrio hidrolipídico de la piel, es combinar cuatro tipos de ingredientes activos, tanto en los productos de cuidado como en los de limpieza.
– Glicerina, sorbitol o propilenglicol, éstas son sustancias de acción higroscópica, es decir, que retienen el agua presente en una emulsión de una forma más duradera y válida.
– El ácido láctico, la urea y los alfahidroxiácidos son sustancias de interacción química que favorecen que el agua se retenga en la capa más superficial de la piel.
– Las sustancias oclusivas –vaselina, lanolina, escualeno o cera de abeja– impiden la evaporación del agua.
– Otras sustancias activas utilizadas como hidratantes en dermocosmética: colágeno, ácido hialurónico, ceramidas o vitaminas (B, A, carotenos, E, C, H y D).
Y si hablamos de hidratación facial, la Dra. Rosa Ortega del Olmo –miembro de la ADVE-, nos recuerda que existen dos fórmulas básicas:
– Las emulsiones de aceite en agua, que se utilizan para las hidratantes de día más ligeras. Suelen estar compuestas por aceites minerales, propilenglicol y agua.
– Las emulsiones de agua en aceite, para las cremas de uso nocturno o ‘reestructurantes’ faciales. Lo que suelen llamar algunas firmas cosméticas ‘cremas nutritivas’. Se componen de aceites minerales, alcohol de lanolina, vaselina y agua.
También a la vuelta de vacaciones es momento de hacer recuento de los lunares, de su aspecto, en busca de alguna alteración, un lunar que no tiene la misma forma que cuando te marchaste. Y de las manchas que han rebrotado al exponerte al sol o que son nuevas. En todos los casos, lo mejor es acudir al dermatólogo, que será quien mejor determine el tratamiento a seguir.
Y los dermatólogos tampoco se olvidan del cabello, que también se deteriora mucho en verano, sobre todo si está coloreado. Lo recomendable es comenzar el curso con un corte de pelo –por lo menos las puntas-, retrasar el retoque de color y utilizar mascarillas regeneradoras que faciliten el peinado y recubran la parte externa del tallo piloso que suele estar dañado por el sol y las manipulaciones que se hacen con los peinados –coletas y moños de todos los tipos-.
¿Cuáles son tus trucos para recuperar la piel del largo verano?