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Cada vez menos, pero todavía quedan vivas algunas viejas glorias de la época dorada de Hollywood. Grandes estrellas de cuando las películas se rodaban en blanco y negro. Una de las que me encantan por su estilo tan personal es Lauren Bacall, toda una leyenda del séptimo arte y a punto de cumplir 88 años.
La Bacall siempre fue una rara avis en esa jungla de poder, una belleza muy poco habitual en un momento donde lo que se estilaba eran las rubias con curvas, tipo Marilyn Monroe o Betty Grable. Era la antítesis del tipo carnal y sexy de los años 40. Desprendía elegancia y un estilo que iban a cambiar los cánones imperantes en esa época. Pero rebobinemos un poco…
Para las que piensan que el estilo y la elegancia es algo innato de las clases altas, el ejemplo de Lauren Bacall rompe este tópicazo. Betty Joan Weinstein, más conocida como Lauren Bacall, nació en Nueva York, el 16 de septiembre de 1924 hija de unos emigrantes judíos, polaco el padre y de una madre rumana. Ella pasará a la historia del cine como Lauren pero todavía hoy sus amigos la siguen llamando Betty, Betty Bacall.
En sus inicios, como sus padres no tenían dinero, para pagarse sus estudios trabajó como modelo. Y este fue el principio de lo que sería su gran carrera como actriz. Con 17 años, Lauren apareció en la portada de la revista Harper’s Bazaar donde la vió el director Howard Hawks que estaba buscando una protagonista para una adaptación cinematográfico de una novela de Raymond Chandler. Y esa fue su primera película, Tener o no Tener (1944) dirigida por Howard Hawks y donde conoció al que sería su marido Humphrey Bogart. A pesar de que ella apenas tenía 19 años y él 45 las chispas saltaron durante el rodaje.
Lauren era alta, delgada, más bien sin pecho y tenía un look a lo mujer fatal. Eso, junto con una voz tremendamente ronca muy seductora, la convirtieron en todo un icono de su generación. Su éxito profesional se cimentó en lo que se denomina comúnmente como estilo y constituyó en la década de los 40 un nuevo patrón de la belleza femenina. No era una guapa al uso sino un mujer de carne y hueso, tremendamente elegante, con mucho encanto y una sonrisa muy franca. La antítesis de lo sexy.
A pesar de estar casada con Bogey, nunca fue una estrella sino una gran actriz.Y cuando con el paso del tiempo el cine le dio la espalda, recurrió a Broadway y al teatro donde siguió cosechando grandes éxitos. “Creo que toda tu vida se muestra en tu cara así es que debes estar orgullosa de ella”. Es una de sus contundentes citas de mujer fuerte e inteligente orgullosa de sus facciones las cuales no han sido alteradas por la cirugía plástica.
” Hoy en día los actores sólo piensan en el estrellato y por eso trabajan en televisión, que no considero que tenga mucho que ver con la interpretación. Más bien con que seas fotogénico. Tengo verdaderos problemas distinguiendo a uno del otro. La mayoría de esas jóvenes actrices llevan el pelo igual y son del tipo anoréxico. ”
Otra de sus citas más contundentes es cuando se carga el star system: “Si hablas de un gran actor, nunca pensarías en Tom Cruise. Su comportamiento entero es espantoso. Considero vulgar y absolutamente inaceptable usar tu vida privada para vender algo commercialemente; es como una especie de enfermedad. ”
Lauren fue feliz hasta que Bogart murió de cáncer de garganta, en 1957. Se volvió a casar con el también actor Jason Robards (1961-1969) pero la pareja duró poco y acabaron divorciándose porque era un alcohólico. Estuvo trabajando hasta hace pocos años y en el año 2009 la Academia de Hollywood le entregó un Óscar honorífico por toda su carrera. Cuando lo recogió, les soltó a los académicos con ironía: “Aman at last!”
Lauren Bacall ha sido y es un icono de actriz fuerte y con carácter. Personificó como ninguna esos personajes de mujeres fatales del cine negro gracias a su esbelta figura, su belleza, una voz algo masculina, y sobre todo, a su intensa mirada azul-verdosa que le valió el sobrenombre de ‘La mirada’. Desde su debut, su frase ‘Si me necesitas, silba’ de la película “Tener y no tener” forma parte de las citas inmortales de la historia del cine. Igual que ella… Una leyenda viva.