¿Adónde va el genio cuando su poseedor se marcha? Al recuerdo de las personas a quienes inspiró con su talento. O como decía Sassoon, Como ser humano, me siento muy honrado de haber inspirado a tanta gente, pero lo cierto es que siempre he creído que si creas algo y te lo quedas para ti, ese algo morirá… pero si compartes tus conocimientos, tus ideas, tus emociones… todo eso va a crecer y desarrollarse.
Una filosofía generosa propia de un hombre que se ‘hizo a sí mismo’ para revolucionar el arte de la peluquería, crear algunos de los peinados más míticos e imitados –toda una escuela- y dejar una huella reconocible en el mundo de la moda, el cine, la fotografía… Auténticos cortes de autor que bebían de la Bauhaus y que en su día liberaron las nucas de las mujeres, mostraron al mundo sus estructuras óseas y les confirieron un estilo geométrico y soberbio, faraónico.
Vidal Sassoon provenía de una familia muy pobre del East End londinense. Criado en un orfanato porque la madre no podía costear su manutención (el padre abandonó a la familia), obtuvo su primer trabajo como aprendiz de peluquero con 14 años, en plena 2ª Guerra Mundial. En el taller de Adolf Cohen aprendió el oficio y valores como la disciplina –Cohen le obligaba a llegar limpio, pulido y con los pantalones planchados en plena debacle mundial, pequeña gesta que Sassoon consiguió durmiendo sobre los pantalones y lavándose las uñas con champú-.
Como contaba Vidal, Con el profesor Cohen aprendí lo que era la disciplina, algo que he desarrollado posteriormente con mis equipos: a menudo les decía que si teníamos que desarrollar un trabajo que la gente admirase, primero debíamos mostrar que éramos dignos de ello.
Sassoon abrió su primer salón propio en Bond Street en 1954. Nueve años después, llegaría la revolución en amplio espectro, y con ella el primer corte con sello: el Five Point Cut: un corte angular con plano horizontal que recreaba el clásico bob. Las reacciones ante ese vertiginoso –y muy sexy- desfiladero capilar fueron variopintas. En general, el estilo se ganó la aceptación de las mujeres, quienes lo adoptaron gozosas. La primera modelo en lucir el corte fue Grace Coddington, quien después se convertiría en la directora creativa de Vogue América y mano derecha de Anna Wintour.
Como tampoco es de extrañar, buena parte de sus colegas vilipendió el nuevo corte.
Para Sassoon, significó el golpe de gracia que terminaba con unos cuantos años de ensayos, errores, frustración e inseguridad. Había creado un estilo que lograba emocionar.
En 1965, ya formaba parte de la “Invasión Británica” junto a los Beatles y los Rolling, colonizando la gran urbe neoyorkina montado sobre sus tijeras y codeándose con músicos, cineastas y artistas, entre ellos Andy Warhol, quien prestó su icónica imagen para promocionar un spot de laca de Vidal Sassoon.
1967 estuvo marcado por un par de hitos: el corte de Mia Farrow para “La semilla del diablo” y el corte “Greek Goddess” (Diosa Griega), otro de sus geométricos estilos perfectamente estudiados para resaltar huesos faciales, esta vez permanentado ‘wash & wear’, sin marcar y sin pasar por el secador, sólo corte y styling, o en otras dos palabras que lo resumen: comodidad y libertad.
En pocos días copaba medios como el periódico The Mirror y el Vogue americano, mientras el mundo bramaba por una cabeza helénica…
En 2010 se estrenó un documental sobre su vida que lleva por título su nombre y en el que se le describe como “el hombre que cambió el mundo con unas tijeras”.
Quizá la etiqueta suene exagerada, pero lo cierto es que su contribución forma parte indisoluble de los años en los que el mundo se sacudía ciertos encorsetamientos caducos; y, sobre todo, la mujer tomaba las riendas en todos los sentidos y asumía el control de su cuerpo, su cabeza y su vida.
Vidal Sassoon falleció el 9 de mayo de 2012.