La historia de Raquel Magem es la historia de una búsqueda incansable por encontrar su camino. Desde muy joven le interesó la dietética, el hecho de que su padre se hiciese vegetariano e introdujese en casa nuevos productos influyó mucho en ella y buscando su crecimiento personal, estudió dietética. Pero notaba que todavía tenía que seguir con su búsqueda, que su vida no estaba completa, que le faltaba algo. Leía todos los libros que caían en sus manos hasta que uno –Nutrición Energética y Salud de Jorge Perez-Calvo Soler– supuso un antes y un después en su vida. Este libro fue su primer contacto con la cocina macrobiótica, después profundizó en este terreno estudiando en la Escuela de Vida de Madrid y el Instituto Macrobiótico Europeo (Ámsterdam).
Pero, ¿qué es la cocina macrobiótica? Buscando precisamente una respuesta acudí a Raquel para hacerle una entrevista, para conocer de primera mano y de una voz autorizada todos los secretos de esta dieta que cada vez tiene más seguidores. Raquel es una mujer vital, que en ningún momento pierde la sonrisa. Su cara refleja que su cuerpo y su alma están rebosantes de salud. La macrobiótica ha equilibrado su cuerpo, su peso.
La dieta macrobiótica tiene sus orígenes en el médico y filósofo japonés George Oshawa, que ya en el siglo pasado empezó a difundir sus teorías macrobióticas por todo el mundo. Su discípulo más célebre, Michio Kushi, la instauró en Estados Unidos, donde tuvo una gran acogida.
¿Qué es la cocina macrobiótica?
La alimentación macrobiótica busca un modo correcto de elegir y preparar los alimentos siguiendo los fenómenos de la naturaleza. Y dentro de la cocina macrobiótica el grano tiene una importancia suprema, porque su capacidad de germinar, de vivir, da vida y salud. Y el rey es el arroz, símbolo del equilibrio por antonomasia. La macrobiótica se puede utilizar como método para resolver diferentes enfermedades, pero también como prevención.
¿Es lo mismo la dieta macrobiótica que la dieta vegetariana?
La dieta macrobiótica no es una dieta vegetariana, pero es compatible con la vegetariana. No es lo mismo pero como la macrobiótica es compenetración con la naturaleza, cuando tú te compenetras con la naturaleza, eso lleva implícito comer el mínimo de carne… Aunque sí hay muchos macrobióticos que son vegetarianos.
¿Hay alimentos prohibidos?
Nada está prohibido, pero debe beberse poco alcohol, y no está recomendado tomar azúcar –sustituirlo por melaza-, carnes, lácteos, embutidos, comida basura y café porque desgastan el organismo y la energía a largo plazo. Deben tomarse alimentos integrales y no procesados, refinados y desvitalizados, lo que se traduce en alimentos naturales, integrales, eco, cocina casera, pero no latas, congelados y precocinados.
La dieta macrobiótica tiene cuatro grupos de alimentos fundamentales, muy recomendados que son la base de la alimentación: cereales integrales, legumbres, verduras y semillas.
Si hablamos de nutrientes, el menú debe tener: hidratos de carbono, siempre integral, con prioridad del cereal en grano, después la pasta y como última opción el pan; proteínas –legumbres o tofu tempe, seitán…- y evitar las de origen animal, aunque sí está recomendado el pescado, preferiblemente blanco, pequeño y salvaje y el marisco-; verduras y preferiblemente de temporada e intentando usar la máxima totalidad y sin pelar. Se pueden tomar crudas, en ensalada, escaldadas, en wok, estofadas, al horno, en tempura…; y semillas y frutos secos (sésamo, pipas, almendras….).
Después hay otros alimentos que sin ser básicos son complementarios y están recomendados como las algas, son muy interesantes porque son una gran fuente de minerales y muy depurativas; los fermentados; salsas y aderezos que pueden ser más o menos medicinales; y un toque final verde y fresco –perejil, cebollino u hojas de puerro- que da el movimiento y la chispa al plato.
Y muy importante la preferencia por la versión ecológica de todos los alimentos que escojamos para elaborar nuestro menú.
¿Las frutas y el agua están prohibidas?
No, eso no es verdad, las frutas están recomendadas, preferiblemente de temporada aunque no están muy recomendadas las tropicales –piña, mando, plátano-, y mejor tomarlas entre horas y aisladas de las proteínas.
Y el agua, no se prohíbe, pero la macrobiótica cosidera que no es necesario pasarse todo el día bebiendo agua porque ya en la comida ya tiene agua y no necesitas depurar tanto con comida tan sana. Si abusas, estás haciendo trabajar en exceso a los riñones que son la fuente de energía primaria del cuerpo, si agotas el riñón, agotas al cuerpo, no funciona nada. Riñones débiles, personas débiles.
¿Y la sal?
La sal es muy importante porque es la sal de la vida, pero siempre integrada en la comida. Y es importante que sea marina o de calidad, no refinada.
Una receta de “Postres sin” para principiantes.
Ah, sí, unos ‘Bombones boniato bonito’, fáciles, sencillos y no le hace falta un gramo de azúcar para disfrutar del dulzor, melosidad y aroma de estos bombones.
Ingredientes:
100 g avellanas tostadas
100 g dátiles sin hueso
400 g pasta de boniato (una vez cocido en el horno y pelado)
Piel rallada de una naranja
2 cucharadas algarroba en polvo.
Coco rallado para rebozar
Preparación:
Preparar el boniato. Lo lavamos y lo horneamos entero o partido si es muy grande hasta que esté tierno, puede tardar una hora. Después lo dejamos atemperar y lo pelamos. La pasta obtenida la aplastamos con un tenedor.
Tostar avellanas. Si no lo están ya, las lavamos y horneamos hasta que se doren.
Triturar con túrmix o picadora los dátiles, avellanas y piel de naranja.
Pasta para hacer bolas. En un bol mezclamos la pasta obtenida del triturado con la pasta de boniato, y después con la algarroba. Mejor si dejamos reposar la pasta obtenida durante un rato.
Hacer bolas. Cogemos con las manos (mejor húmedas) un montoncito y hacemos bolitas con las manos.
Rebozar. Pasamos unas bolas por coco rallado.
Hornear unos minutos hasta que se doren sobre una bandeja forrada de papel de cocina.
Servir fríos… ¡Y a disfrutar!
Y todo esto sin estridencias, eso fue lo que más me gustó de Raquel, porque ante mi pregunta ¿y cuando tienes que comer fuera de casa?, me respondió que ningún problema, porque ensalada, pescado, o un plato de pasta con verduras, se pueden tomar prácticamente en cualquier sitio.
Esto es sólo un comienzo, una introducción, pero si quieres conocer más sobre la dieta macrobiótica, Raquel ha publicado dos libros: Alimentación Yin-Yang. Placer y vitalidad, en el que se incluye información nutricional detallada sobre la alimentación equilibrada, tipos de alimentos, la estructura del menú, el desayuno, utensilios de cocina y numerosas recetas y consejos prácticos. Y Postres sin, en el que descubre que es posible hacer postres sin mantequilla, huevos ni leche. Postres aptos para todo el mundo, con harinas integrales y muchas opciones sin gluten que pueden tomar veganos, celíacos, alérgicos a lácteos y huevos…
Y para los que queráis conocerla, el jueves 15 de marzo, dará una charla-taller en Madrid, en la Casa del Libro de la calle Fuencarral (nº 119) a las 19.00h. Además, en su página web encontrarás información de los cursos de cocina y talleres que organiza en su casa.