El pasado domingo, los trabajadores españoles de la firma de cosmética natural Lush se unieron a la campaña global de la firma para luchar contra el empaquetado innecesario. La razón es acabar con el impacto medioambiental que tienen los envases de los productos cosméticos.
En el marco de la feria de Biocultura, celebrada este fin de semana, los miembros de Lush sorprendieron con esta divertida protesta en la que repartian octavillas casi sin ropa, excepto por el delantal que les cubría la parte posterior donde se podía leer: “Preguntame por qué estoy desnudo”.
Esta protesta ya ha tenido lugar en muchas zonas del mundo como en Amsterdam y nuestro país no podía ser menos, más aún cuándo las circunstancias del cambio climático son una de las principales luchas de los gobiernos.
Según la firma cosmética, el empaquetado innecesario se puede encontrar en todos los rincones comerciales: frutas sueltas envueltas individualmente o en bandejas de plástico en los supermercados, la utilización prolífica de bolsas de plástico y las montañas de botellas de plástico utilizadas para productos cosméticos. Todas ellas están contribuyendo a la creciente crisis medioambiental.
En Lush, las innovadoras barritas de champú sólido, los acondicionadores sólidos, las barritas de masaje, las mantecas corporales, las burbujas, los desodorantes, las hennas, los aceites de baño, las limpiadoras faciales, los jabones cremosos y los geles de ducha en formato gelatina se venden a los clientes como en un mercado, sin empaquetado.
Luchar contra el empaquetado innecesario es una causa justa y casi desconocida. Que una firma cosmética mundial realice esta campaña la coloca directamente en contra de las multinacionales. La mayoría de los cosméticos se envuelven en lujosos frascos que convierten al continente en el propio objeto de deseo, cuando debería ser al revés.
Como en todo, y siguiendo nuestra filosofía, lo que importa es el contenido. Así esta iniciativa podría trasladarse a muchas facetas de la vida cotidiana…