Hace unos días acudí a la peluquería Cheska (calle Velázquez, 61) para probar unos nuevos productos capilares, bueno, nuevos no son, digamos que se trata de una reformulación.
Primero me hicieron una prueba para conocer mi tipo de pelo con una especie de plancha, pero que no emite calor y que está enchufada a un ordenador. Te toman muestras del cabello en la raíz y en las puntas y voilà, el ordenador confirmó que tengo el cabello fino. Enseguida, al oir el veredicto de la tecnología moderna, me vino a la cabeza esa frase que siempre nos repiten a las que tenemos el pelo fino, ‘no es que tengas poco, es que lo tienes fino’. Eso a lo que nos aferramos cuando nuestro ‘querido pelo fino’ da tan poco de sí, cuando de darle un toque distinto con algún peinado se trata. Pero volvamos al tratamiento porque no estamos aquí para contar las penas de nuestro escaso pelo -¡ah no, que era fino!-.
Una vez conocido por todos que mi pelo es fino –que no escaso, quede claro-, comienza el lavado con el champú correspondiente a mi tipo de cabello, he de deciros que el aroma sorprende, es realmente bueno y distinto al que antes tenía. Pero no un lavado cualquiera, las manos de la persona que me atendió en Cheska valen millones, el masaje en la cabeza realmente consiguió que me olvidara del mundo por un rato.
Después, esas mismas manos maravillosas procedieron a darme un masaje en el cuello y los hombros… fantástico. Y después me aplicaron una mascarilla que dejaron actuar durante unos 10 minutos con vapor. Después lavado de nuevo, con esas manos fantásticas.
Y por último María Baras –la hija de Cheska– , me contó alguna cosita más sobre estos nuevos productos, me aplicó uno de ellos –para cabello fino también- para proteger el cabello para el secado. María me repasó también el corte, porque las puntas las tenía un poco de aquella manera.
Secado de pelo y ¡lista!
He de deciros que la fragancia en mi pelo permaneció varios días, incluso después de haberlo lavado.
Ah, claro, me diréis que de qué marca se trata, que como estoy tan tonta, que se me ha olvidado decíroslo… Pues lo siento, no os lo puedo contar, secreto total hasta febrero.