Sólo de pensarlo ya me pica la cabeza. La infestación por piojos es muy común en estas fechas. Afecta principalmente a nuestros hijos. El piojo de cabeza es un insecto hematófago que parasita exclusivamente al ser humano, y que se transmite por contacto directo. Y es muy contagioso.
Síntomas. El más común es el picor constante, aunque éste sólo se manifiesta en el 14-30% de los casos. El picor es debido a una reacción alérgica a la saliva del piojo y puede tardar una o dos semanas en aparecer y el rascado intenso puede llevar a excoriaciones e infecciones secundarias. En una infestación típica, suelen encontrarse unos diez piojos adultos, junto con multitud de liendres y larvas. Esta infestación también cursa la sensación de cosquilleo o de algo que se mueve sobre el cabello y puede producir irritabilidad.
Zona preferente. El piojo se aloja sobre el cuero cabelludo y sus zonas preferidas son, sobre todo la nuca y la parte posterior de las orejas, donde la temperatura corporal es más elevada. Hay que desterrar la idea de que el piojo salta o vuela.
Diagnóstico certero. Debe realizarse mediante la observación directa. Las claves son: buena luz y paciencia. Lo mejor es realizar un exhaustivo cepillado sobre el cabello húmedo con un peine de púas finas, fijándose especialmente en la zona de la nuca y alrededor de las orejas para localizar los piojos vivos y las liendres adheridas al pelo.
El ciclo interminable. Afecta principalmente a los colectivos infantiles, independientemente del nivel sociocultural. El piojo adulto es un insecto de 2-3 mm de largo y de color marronáceo. Vive 30 días en el huésped, y fuera de él sobrevive un máximo de tres días. La hembra adulta puede poner hasta 300 huevos o liendres, (a razón de 10 por día). Estos huevos son pequeñas motas blanquecinas que miden menos de 1 mm y están unidos firmemente a la base del cabello a través de una sustancia tipo “cemento”. Los huevos se abren en siete o diez días, dejando salir a unas larvas inmaduras. Una vez sale le larva, el envoltorio de la liendre se queda pegado al pelo y al cabo de otros siete o doce días, ésta se transforma en piojo adulto que vuelve a repetir el mismo ciclo.
Prevenir el contagio. Hay colonias y aerosoles farmacéuticos que previenen los piojos y que se aplican directamente sobre el pelo, pero su uso diario está desatando cierta polémica por las toxinas que contienen estos productos. También hay madres que por norma, aplican semanalmente un champú para eliminar piojos. Pero deben saber que están sometiendo a sus hijos a productos que a la larga pueden tener efectos secundarios. El uso continuado de estos productos está desaconsejado por los propios fabricantes y puede ocasionar eczemas y a la larga, resistencia a los piojos. Es preferible empapar el pelo con una mezcla de una parte de vinagre de manzana y dos de agua. En los herbolarios venden esencias que también son útiles para prevenir la infestación de piojos. Las más efectivas son la esencia de árbol de té, el aceite de neem y la esencia pura de lavanda y la de geranio.
El tratamiento conjunto lo más efectivo. La detección precoz es el mejor tratamiento. Revisa el pelo de manera rutinaria. En caso de detectarlos, hay que avisar a los posibles contactos (familia, colegio, amigos…) y aplicar un tratamiento rapidamente.
1. Pediculicidas.
En España, los pediculicidas tópicos comercializados son: la permetrina y otras piretrinas sintéticas, el malatión o el lindano.
Todos estos productos actúan frente al piojo adulto, y tienen una actividad menor frente a las liendres. Ninguno de ellos es 100% ovicida, por lo que con cualquiera de ellos se recomienda realizar una segunda aplicación al cabo de 7 o10 días para eliminar cualquier parásito que hubiese podido salir de alguna liendre remanente.
2. Eliminación mecánica
Tras realizar el tratamiento con el pediculicida, se deben eliminar los piojos y liendres usando una lendrera, un peine especial de dientes largos y separación estrecha entre dientes, preferiblemente de metal y con las puntas redondeadas. La lendrera debe pasarse sobre el cabello húmedo, sobre el que el piojo tiene menos movilidad.
Se requieren entre 15 y 30 minutos (incluso más si el cabello es largo o muy espeso) para realizar la técnica adecuadamente y es conveniente repetir el cepillado con lendrera cada 3 o 4 días durante al menos dos semanas.
Se han comercializado unos peines eléctricos que matan los piojos cuando hacen contacto con ellos. Deben usarse con el pelo seco, y en estas condiciones, los piojos se mueven muy rápidamente y es más difícil acabar con ellos. Además, hay que tener en cuenta que los peines eléctricos no matan a las liendres.
3. Remedios caseros.
Son eficaces, pero es recomendable utilizarlos como complemento a los tratamientos farmacéuticos. El más popular es el uso del vinagre. No es 100% efectivo, pero soltará las liendres y resultará más fácil peinarlas después para que abandonen el cabello. Se debe aplicar caliente y cuando el pelo esté seco y nunca el mismo día en que se utilice el tratamiento farmacéutico. Una vez aplicado el vinagre, debe cubrirse el pelo con un gorro de baño o una toalla, de manera que quede cubierto por completo, dejándolo actuar durante aproximadamente dos horas. Se deberá repetir este proceso dos veces a la semana durante un mes. El champú con aceite de árbol de té que se puede comprar en herbolarios es eficaz a la hora de asfixiar a los piojos.
Información realizada con el asesoramiento del doctor Jerónimo Escudero. Dermatólogo y Profesor Titular de Medicina de la Universidad de Sevilla. Presidente de la Sección Andaluza de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV)