Desde hace unas temporadas las cejas han comenzado a tener un protagonismo que antes no tenían -la excepción siempre fue Audrey Hepburn y sus gruesas cejas-. Una temporada las cejas marcadas, gruesas, bien pobladas e incluso despeinadas siguen siendo tendencia.
Pero no todas pueden seguir las tendencias porque la realidad es que la mayoría de las mujeres tienen las cejas finas, cortas, despobladas… Todo esto fruto, fundamentalmente, de haberse pasado más de la cuenta y durante mucho tiempo con las pinzas, la depilación repetida provoca que se debilite el folículo del pelo y éste muera. Otras veces es cuestión de genética o de la edad, la micoprigmentación tampoco ayuda. Porque no hace tanto, la tendencia era dejarse un hilo de pelo en las cejas o incluso sustituirlo por micropigmentación.
El resultado es que cada mañana, toca coger el lápiz de cejas para darles el grosor y la forma adecuada, aunque el acabado, claro está, no será nunca 100% natural.
Por eso el microinjerto o trasplante de cejas se está convirtiendo en una técnica cada vez más demandada.
Se trata una intervención que requiere realizar previamente una configuración estética de la cara, con mediciones exactas, siguiendo la dirección de cabello para que queden unas cejas naturales. Consiste en trasplantar pelo de otra parte del cuerpo a las cejas, y se elige el pelo -normalmente de la nuca, detrás de la oreja, la axila…-que más se parezca en cuanto a calibre, textura y coloración. Se escogen unidades foliculares de un solo pelo para alcanzar la máxima naturalidad y se utiliza anestesia local tumescente.
Después de la intervención sólo quedará un pequeño hematoma en la zona. El trasplante es para siempre y el pelo que se trasplanta mantiene su información genética de crecimiento y habrá que recortarlo una vez al mes.
Eso sí, la dificultad operatoria es notable porque requiere una gran habilidad, el profesional debe ser muy minucioso porque requiere un gran detalle. La selección y la colocación del pelo es muy particular ya que la ceja consta de tres partes -cabeza, cuerpo y cola- y cada una de ellas requiere que el pelo se coloque con una orientación, dirección y ángulo diferente. La intervención dura alrededor de 2 horas.
Primero se practican micro-incisiones en la zona elegida con punches de muy bajo calibre (0.75 mm) a profundidad muy controlada alrededor de la unidad folicular. Después se extraen cuidadosamente utilizando unas pinzas muy finas y se van clasificando de unidades de 1, 2, 3 o 4 pelos. Estas micro-incisiones crean pequeñas heridas circulares que cicatrizan rápidamente sin dejar casi marca.
El siguiente paso es colocar las unidades foliculares para lo que se utiliza un instrumento llamado Implanter, una aguja fina que realiza micro incisiones en el ángulo y dirección apropiada para que quede una ceja natural. Este instrumento realiza la incisión y al mismo tiempo coloca el pelo.
Dónde: en las clínicas Mato Ansorena que tienen centros en Madrid (calle Belalcázar 4. Tel. 91 562 65 05/02), Sevilla (Paseo de la Palmera, 3 B. Tel. 954 23 96 17 / 695 846 357) y Huelva (Plaza El Titán s/n, local 3 B. Tel. 959 28 10 48 / 959 28 10 48).
Precio: 1.500 euros / 1 ceja – 2.500 euros / 2 cejas.
Granda Zambrano Alex dice:
marleny sanchez 
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