Era de sospechar que el irresistible atractivo de Giacomo Casanova no respondía simplemente a su encanto personal. Gran parte de su seducción emanaba de su perfume corporal. La verdadera receta de su baño aromático de seducción ha sido recogida por Lorenzo Villoresi en su libro “L´Arte del Bagno”.
Y dice así: “Diluir en el agua del baño: 3 gotas de extracto de almizcle, 1 gota de aceite esencial de rosa, 1 gota de aceite esencial de sándalo y 1 gota de aceite esencial de incienso”. Después de tomar este baño, habrá que probar si surte el arrebatador efecto esperado.
El dandy es para Baudelaire el artista más puro porque no corrompe su Arte con una obra, porque víctima de “la necesidad, tan infrecuente hoy en dia, de combatir y destruir la trivialidad” no sale jamás de su yo, lujosa estancia donde sólo reina su aristocrática superioridad moral bajo la grave aspiración, escrita en letras de oro en el frontispicio de su alma, de ser “ininterrumpidamente sublime.”
El barón de Charlus, Des Esseintes, Marcel Duchamp, Salvador Dalí, Andy Warhol, han sido diferentes formas de buscar la realización de este mismo ideal: el Dandy o el Arte encarnado.
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Andrea dice:
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