El vello púbico, foto de Gabriel Magnesio
A veces –demasiadas- la vida se complica, porque el ritmo se torna vertiginoso, la gente hostil y las intenciones malsanas, y de repente te ves girando en medio de un huracán donde tus peores pesadillas se confirman, como una Dorothy Gale de Kansas cualquiera que sólo desea regresar a su casa; entiéndase ésta como aquello que nos es propio.
Es entonces cuando se hace necesario echar el freno, agarrarlo bien con las dos manos, respirar hondo y sentarse a observar.
Pocas cosas relajan más que la observación del otro. De ese ser humano semejante en apariencia, igual en trayectoria fija (“nacer-crecer-reproducirse-morir”), totalmente distinto en recorrido personal. Pocas cosas dan tanta noción de lo relativo, tantos puntos de vista distintos, para volver al propio y acometer con ellos la propia existencia.
Por eso siempre me han encantado los micro-relatos de Abraham de Amézaga en su blog Agenda Secreta, alojado en vogue.es, pequeñas historias fugaces de encuentros con mujeres atractivas. Encuentros a veces decepcionantes, a veces una inyección de vitaminas; siempre sabrosos en cuanto a contenido, vivos.
-Tema aparte es que me encante escuchar a los hombres observadores hablando del siempre proceloso ‘Universo Femenino’… Sus conclusiones y pareceres desde una distancia admirativa, curiosa. Es algo tierno y excitante-
Confieso que estoy deseando leer “Inspiradoras”, el libro que ha publicado Amézaga en la editorial Recovecos e ilustrado con las fotografías de Gabriel Magnesio.
50 pequeños fragmentos brillantes en la vida de 50 mujeres desconocidas, detallados por dos cazadores de momentos; según su autor, “ha sido la manera de reconciliarme con el universo femenino, por el que, dependiendo de las experiencias, se puede sentir tanta atracción como rechazo”.
Parapetado tras su cámara, Gabriel Magnesio recoge en trece imágenes las experiencias de Abraham y nos muestra a algunas de las protagonistas del libro, encumbradas a cierta categoría de musa repentina gracias a su trabajo, cercano y respetuoso.
Prologa el libro la escritora y periodista Lola Gavarrón, geógrafa de personajes que cartografía cada personalidad con precisión matemática y circular: la vista, la mirada, la admiración, una corriente que se cierra y se retroalimenta.
Estoy segura de que este libro me va proporcionar buenísimos ratos, disfrutando de la belleza con toques de “inspiradora” filosofía vital que pienso entresacar. Aprender jugando, que siempre es la mejor receta.
Si te interesa este libro, puedes encontrarlo en Ediciones Recovecos.
Susana dice:
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