El viernes pasado lo dejé todo por acudir a un curso de automaquillaje de 4 horas en Art Lab Academy. Me fui con Ana Domínguez, Community Manager de Belleza Pura y también bloguera en Estoy Radiante. Me alegró mucho reencontrarme con Agostino Faggiano, el profe. Cuando le conocí trabajaba para Lancôme, después le he ido viendo en muchas producciones de fotos para editoriales de maquillaje de El País Semanal y puedo asegurar que es un maquillador excelente. Ahora sigue trabajando como maquillador para la agencia Talents y da cursos de automaquillaje en esta Academia que pertenece a la misma agencia. ¿Reciclarse o morir?
Pues allí estaba yo dispuesta a aprender algo más sobre maquillaje y lo conseguí. Tengo la cara cuadrada y los ojos redondos. Ana tiene la cara triangular y los ojos almendrados. Después de descubrir estos rasgos imprescindibles de nuestra fisonomía, hubo mucha teoría y como práctica un maquillaje de día y otro de noche.
Yo con el maquillaje de día ya me veía como de noche cerrada y con el de noche como si fuera un vampiro de ultratumba de mirada oscura. Y es que no sé qué me pasa pero cuanto más maquillaje me pongo encima más parezco un travestido. Será la falta de costumbre. No me maquillo a diario y cuando lo hago es un si es no es que me ha costado años aprender.
La culpa fue del corrector de MAC que se seca muy rápido y del que abusé premeditadamente por toda la cara. Mi piel quedo blanca cual Geisha. Normalmente uso sólo un poco de corrector (ojeras, aletas de la nariz y contorno de labios), una barra de labios, algo de Khôl y andando. Tengo que decir que el labial lo aplico también sobre las mejillas para que no haya estridencias de color. Pero en este caso, mezclé hasta dos tonos de colorete diferentes y la cosa quedó bastante discreta. El colorete siempre anima, pero hasta cierto punto.
En esta ocasión tuve tiempo de emplearme a fondo con los lápices y pinceles cuando yo soy muy de coger el dedito y difuminar. Pero con todas las armas de maquillaje desplegadas y un poco de paciencia al final consigues salir maquillada. Ni siquiera llegue a ponerme barra de labios. En cuanto me pasaron el perfilador, me perfilé los labios y a continuación los rellené con el mismo color como hago siempre y ya era un tono lo suficientemente potente, luego un poco de brillo y ya.
El rimmel lo aplicamos solamente de medias pestañas a puntas para no recargar y en las de abajo nada. Menos mal porque en maquillaje siempre menos es más.
Lo que está claro es que un poco de maquillaje te cambia la cara. A veces es como una especie de cirugía, bueno no tanto. Pero un buen maquillaje elimina opticamente las arrugas y yo prefiero la suavidad de los pinceles a las agujas de inyectar todo tipo de rellenos anti-arrugas. Y por supuesto, el resultado es más natural, más barato y menos doloroso. Eso sí, luego se diluye en leche limpiadora.
Automaquillaje 1,2,3. / 4 horas. Precio: 150 euros.
Automaquillaje de Autor/ 8 horas. Precio: 300 euros.
Art Lab Academy. Tel: 91 758 68 78
Paseo del Rey, 26
Madrid