Cuando pienso en la idea de la mujer seductora y femenina por antonomasia, me viene a la cabeza inevitablemente el collage de recios ejemplares con los que me he ido construyendo mi mitología.
Mi madre, cuya toilette me fascinaba tanto observar que siempre me apostaba a su lado en posición estratégica para no perderme nada tan sorprendente como… ¡el momento rizado de pestañas!, las eternas actrices en blanco y negro, dominando la imaginación en un mundo en que la mujer tenía escasa relevancia; el sonido de los tacones en el suelo, los microgestos de tantas mujeres anónimas, el background que dan los viajes cuando se trata de observar cómo se acicalan las mujeres en cada cultura, cómo, en definitiva, se comunican con los demás a través de su imagen.
Maldito quien no se emocione ante el ritual de aseo femenino, con su característica liturgia de intimidad y mimo, y afortunados los que puedan disfrutarlo de cerca.
¿A quién no le ha entrado un ataque de Síndrome de Stendhal al entrar en una perfumería avituallada hasta los topes de frasquitos, lacitos, encajes y aromas envolventes?
Porque me chifla todo lo relativo a la belleza femenina, he seleccionado tres perfumes “muy mujer”, por packaging, por aroma o por concepto.
Gin Fizz de Lubin
Si se piensa en bellezones clásicos indiscutibles que han marcado época, sale su nombre: Grace Kelly. Este perfume, que le fue dedicado en 1955 por su Oscar en “The country girl”, huele a alegre elegancia poco remilgada, un golpe de cítricos en el que destaca el toque a limpio de las frutas más que el chispeante –sin que falte ese puntito “petillante” que tanto le va al estío-
Una es de muy poco cítrico y se confiesa fan absoluta de esta fragancia, tan aristocrática como la propia actriz de Hitchcock.
Precio: 100 ml – 95 euros
Not a perfume de Juliette has a Gun
Yo veo esa tipografía alambicada, leo ese nombre, veo ese packaging con lacito y se me llena la boca de gominolas, la vista de norias giratorias y el cielo de globos de colorines. Amor, puro amor es lo que siento ante cosas tan sumamente cucas como este coqueto perfume, que por cierto, ni siquiera es tal.
Compuesto por una única nota de síntesis, el ambroxan, esta fragancia desafía toda convención. No olerás a flores, ni a frutas ni a madera, simplificándolo mucho: olerás a ti misma.
La idea de este antiperfume es que se funda absolutamente con el propio aroma. La clave está en la evolución, aún más personal que en cualquier otra fragancia con derroteros prefijados.
A la búsqueda de lo esencial a través de la paradoja, la única manera de mostrar personalidad es siendo una misma.
Precio: 100ml – 98 euros.
Violette Divine de Violettes de Toulouse
La violeta es una flor sencilla, poco aparatosa, de perfume delicado y misterioso color. Una flor muy femenina como inspiración para la casa Violettes de Toulouse, que en esta ocasión, nos descubren un aroma endiablamente chic. Un arma eficaz para la moderna mujer fatal, presentada como “una declaración audaz de glamour, sensualidad y distinción”. Atenta además a la presentación, la borla vestida de negro y el frasco con detalles en oro.
Su aroma, pura sofisticación nacida de la naturalidad: mandarina, violetas, cedro, tabaco, nardo y sándalo.
Precio: 80ml – 60 euros.
Los tres a la venta en perfumerías selectivas como BoMonde y en la web www.2artbeauty.com