El perfume en tiempo de Balenciaga es el nombre de la nueva exposición del Cristóbal Balenciaga Museoa en el Palacio de Aldamar, que permanecerá abierta hasta el día 8 de diciembre 2024.
Las fragancias de Balenciaga nos sumergen en un viaje a través del mundo del perfume y su memoria histórica. En una exposición con 600 piezas de alta perfumería de dos coleccionistas privados.
Anne de Thoisy-Dallem y Juanjo Ruiz Crivillé son los comisarios de esta muestra que además de piezas de sus colecciones, expone referencias exclusivas del Museo Cristóbal Balenciaga y la Perfumería Benegas de San Sebastián.
¿Cuáles fueron las primeras fragancias de Balenciaga?
En 1947, Cristóbal Balenciaga abre su primera boutique, diseñada por Christos Bellos con un estilo elegante de ciertas connotaciones españolas. Allí se lanzó su primera fragancia, Le Dix, realizada por el perfumista Francis Fabron con un aroma entre dulce y romántico. Completa la obra el diseño del frasco en cristal acanalado concebido por Pierre Camin que se convertiría en la representación de la sobriedad de la firma.
En 1949 nace su segundo perfume La Fuite des heures de la mano de la innovadora perfumista Germaine Cellier. Una reflexión cálida y floral sobre la evanescencia del tiempo.
En 1955 coincidiendo con la presentación de su modelo túnica se lanza Quadrille. De la familia olfativa chipre afrutado fue realizada por Germaine Cellier, y era uno de los perfumes que usaba el propio Balenciaga.
A principios de 1960 la gama de productos de perfumería empieza a crecer. De esta década es el nuevo agua de colonia firmada por Elie Roger.
¿Cómo es la exposición El perfume en tiempo de Balenciaga?
Esta exposición es un tributo a la historia de la perfumería de aquellos años de Balenciaga, los diseñadores coetáneos y las casas de perfumes en alza. Sin duda un momento histórico para el mundo de la moda y de la perfumería cuando los diseñadores empiezan a considerar el perfume como “el accesorio invisible y definitivo de la moda” como aseguró Coco Chanel.
El recorrido arranca en el recuerdo de los aromas que utilizó la Marquesa de Casa Torres, clienta para la que cosía la madre de Balenciaga. En unos días en los que las damas olían a violetas, un aroma que forjó la infancia olfativa del modisto vasco. La muestra abarca tres salas del Palacio Aldamar con una amplia selección de las colecciones aportadas por Anne de Thoisy-Dallem y Juanjo Ruiz Crivillé.
Entre las curiosidades de la muestra podemos disfrutar de la reproducción de 10 fragancias icónicas que el Museo Balenciaga ha desarrollado en colaboración con la Osmothéque de Versalles.
¿Qué se cocía en la alta perfumería de aquella época?
En los años 50, la perfumería empieza a democratizarse. Aparecen en escena los primeros perfumes masculinos, aunque el mercado de las fragancias está dominado por las mujeres. Muestra de ello es el éxito obtenido por el perfume Jolie Madame de Balmain (perfumista Germaine Cellier, 1953). Y, aunque las mujeres siguen siendo las destinatarias principales del arte del perfume, la perfumería masculina empieza a despuntar con los Vétiver de Carven y Guerlain (1957 y 1959).
En esta primera mitad de siglo, asistimos a los lanzamientos de Ramage y Glamour (1955) de Bourjois. Poco después, en 1957, Christian Dior estrena Diorissimo con aroma a lirio de los valles, la flor favorita del diseñador.
En aquel momento, las celebrities son estrellas de cine como Marilyn Monroe con Chanel N°5 (1921) y Audrey Hepburn para Givenchy, que creó para ella el perfume L’interdit en 1957.
Siempre tras la incesante búsqueda del frescor, los perfumistas añaden al agua de colonia nuevas notas de modernidad que apartan un poco el limón y dan la bienvenida a la mandarina y bergamota. Así nacieron dos clásicos del perfume: Eau de Rochas y Ô de Lancôme (1969). Al mismo tiempo, imperan fragancias relacionadas con la actualidad como la conquista del espacio (Espace, Chéramy, 1960) y la modernidad (Chamade, Guerlain, 1969).
En los años sesenta, la perfumería entra en una nueva era gracias al uso del dihidrojasmonato de metilo. Toda una revolución que representa a la perfección Eau Sauvage de Dior (1966, Edmond Roudniska). Desde Barcelona Antonio Puig se consolida a nivel internacional a partir de 1971 con la presentación de otro gran clásico, Calandre de Paco Rabanne.
Cristóbal Balenciaga Museoa
Aldamar Parkea, 6
20808 Getaria
Tel: 943 008 840
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