Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), las alergias están aumentando debido al cambio climático.
En España, 14 millones de personas sufren algún tipo de reacción alérgica, una tendencia al alza debido en gran parte a las consecuencias de la crisis climática actual. Estos problemas son cada vez más severos y se prolongan en el tiempo.
Tradicionalmente, las alergias estaban vinculadas a ciertas estaciones, como la primavera o el otoño cuando los niveles de pólenes son más altos. Sin embargo, con el aumento de las temperaturas y la variabilidad climática se observa que las temporadas de polinización se prolongan y existe una mayor presencia de alérgenos en el ambiente durante periodos inusuales.
Enfermedades respiratorias, como el asma, la rinitis alérgica o la conjuntivitis, son ya problemas más comunes durante casi todo el año. Con estos inviernos tan benignos, las plantas florecen antes, y algunas liberan polen. Algunas alergias repercuten en la calidad de vida de las personas, sobre todo en las más sensible. Además, hay que matizar que uno de estos procesos pueden debutar en cualquier momento de la vida, incluso en la edad adulta.
El cambio climático está detrás de muchas alergias
Ojo al dato: según la Agencia Española de Meteorología, este invierno -el que va desde el 1 de diciembre de 2023 hasta el 29 de febrero de este año- ha sido el más cálido junto con el de 2019-20 desde el comienzo de la serie en 1961. La temperatura media en el conjunto del país fue 1,9 ºC superior a lo normal. Es más, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica ya calculaba ya antes de esta sucesión de años de calor récord que en 2030 uno de cada cuatro españoles sufrirá esa alergia.
Ante esto no hay ninguna duda; el cambio climático es ya una realidad y, sobre todo, afecta a nuestra salud. Y, además de a nuestro bienestar también perjudica al rendimiento laboral y escolar. Todas estas alergias tienen un componente genético y ambiental importante.
Esta noticia no es nueva. Los investigadores llevan tiempo diciendo que el cambio climático alberga la capacidad de empeorar los síntomas de alergia, según un informe de la Federación Nacional de la Vida Silvestre y la Fundación Americana del Asma y la Alergia.
Brotes más largos y severos, la primera consecuencia del cambio climática en las alergias
Al prologarse las temporadas de polinización de plantas debido a la alteración de los patrones climáticos y las estaciones, las personas alérgicas pueden estar expuestas a alérgenos durante más tiempo durante el año y en mayores cantidades, lo que ocasionarían brotes más largos y severos.
Por otro lado, el cambio climático hace crecer la concentración de alérgenos en el ambiente, lo que puede llevar a un aumento en la prevalencia de alergias en la población. Esto se debe a que el aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de precipitación favorecen la proliferación de plantas productoras de polen, así como de hongos y mohos, desencadenantes todos ellos de alergias. Como resultado, hay más personas que pueden desarrollar alergias o experimentar síntomas más graves.
Menor rendimiento laboral y escolar y hasta problemas de salud mental, consecuencias de las alergias
Los síntomas de la alergia, como la congestión nasal, estornudos, picazón en los ojos o la fatiga, pueden llegar a afectar el rendimiento laboral o escolar. Si estas duran todo el año debido al cambio climático, las personas pueden experimentar estos síntomas de manera continua, lo que dificultaría la concentración y las tareas, tanto en el trabajo como en la escuela.
La salud mental también se ve afectada, porque la frustración, la incomodidad y la fatiga asociadas a ellas pueden contribuir al estrés, la ansiedad y la depresión. Además, el hecho de lidiar con síntomas persistentes durante todo el año afectaría ala calidad de vida de las personas alérgicas y su capacidad para disfrutar de actividades al aire libre y sociales, lo que a su vez puede impactar en su bienestar emocional y mental.
¿Podemos hacer algo?
Como en cualquier caso de enfermedad o problema médico lo importante es consultar con un profesional de la salud quién indicará el tratamiento específico para las necesidades individuales. Para controlar los síntomas, los médicos podrán recomendar medidas farmacológicas como antihistamínicos, descongestionantes, corticoides tópicos o, en algunos casos, corticoides sistémicos. En algunos casos, incluso, será necesaria la inmunoterapia (vacunas contra la alergia), que consiste en la administración de dosis controladas de alérgenos para desensibilizar el sistema inmunitario y reducir la reacción alérgica.
Tan implicadas están las sociedades científicas que esta primavera se va a celebrar en Valencia un congreso que reunirá a más de 5.000 especialistas de todo el mundo para hablar de cómo afectan, por ejemplo, el cambio climático, y la contaminación, a problemas respiratorios, alergias alimentarias o casos de dermatitis.