Bótox: ¿sí o no? ¿Me va a vitrificar el careto, es eficaz cuando hay mucha arruga, qué pasa si no me gusta el resultado? Aclaramos estas y otras dudas razonables con la ayuda de una médico-estético experta en bótox.

La toxina botulínica de nuestras entretelas (y de nuestros entrecejos) despierta pasiones. Gema Cabañero, directora de la clínica que lleva su nombre, nos ayuda a despejar dudas comunes sobre el bótox.

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La doctora Gema Cabañero

Por su nombre lo reconocerás

Empecemos con una aclaración pertinente: tendemos a llamar ‘bótox’ a cualquier toxina botulínica de tipo A cuando ésta es únicamente una de sus nomenclaturas comerciales. Del mismo modo sucede con Tampax para los tampones higiénicos, Dodot para los pañales o Rimmel para las máscaras de pestañas. Puede que no te pongan ‘bótox’, pero sí será una toxina botulínica con la funcionalidad estética que esperas, aunque se llame Vistabel (Allergan), Azzalure (Galderma) o Bocouture (Merz Aesthetics). Faltaría más. Y, dicho esto… vayamos al turrón. 

Despejamos dudas sobre el bótox

La toxina botulínica, bótox para los amigos, limita (que no paraliza) la actividad del músculo donde se inyecta generando un grato ‘efecto secundario’ de relajación en la piel. En estética, se aplica en el tercio superior del rostro (frente, entrecejo y patas de gallo) para dulcificar la expresión. También para abrir la mirada, elevar un poco la cola de la ceja y, por supuesto, alisar la piel y eliminar notablemente las arrugas.

La tendencia es empezar a pensar en esta estrategia de cuidado de la piel cuando empiezan a hacer aparición las primeras arrugas. Si ya nos encontramos con una arruga muy consolidada, “el bótox sigue siendo el tratamiento indicado, por mucho tiempo que lleven las arrugas marcadas. Si nos encontramos con este caso, se puede combinar con otros tratamientos”, señala Gema Cabañero. En cuanto a expectativas, “el resultado dependerá del grado de la arruga que, aunque no se elimine por completo, sí se aplanará considerablemente”.

Ventajas e inconvenientes del bótox

Uno de los aspectos que hace más atractivo este tratamiento es su aplicación, ambulatoria, rápida y prácticamente indolora (la molestia derivada del pinchazo en el momento). El bótox ‘sube’ en torno a los 4 o 5 días, que es cuando te notas la mirada mucho más relajada y abierta y la piel más lisa. El máximo resultado se nota “a las dos semanas, y la duración del mismo depende de la piel de cada paciente. Suele durar de 4 a 6 meses”, periodo en que el resultado va evolucionando debido a la gesticulación, el estilo de vida y el tipo de piel. Las contraindicaciones son mínimas: embarazo, lactancia o padecer una enfermedad neuromuscular.

Uno de los temores más habituales es el miedo a quedar petrificada y sin expresión. A ello han contribuido la ‘demonización’ de casos de mala praxis en rostros famosos, como los de Meg Ryan, Renée Zellwegger, Nicole Kidman… Situaciones muy puntuales que no se corresponden con la realidad de la inmensa mayoría de personas que recurren habitualmente al bótox. Un tratamiento que, en manos guiadas por el criterio de la naturalidad, se aplica con mesura. Incluso si te ves muy congelada, puedes estar tranquila: el resultado es reversible y es cuestión de tiempo que te vayas viendo más natural. Además, algunas tecnologías actuales permiten trascender la mirada del médico estético y personalizar al máximo el resultado.

Neuromodeladores de nuestros gestos y arrugas.

“Hay muchas diferencias entre un rostro y otro”, aclara Cabañero. “Hay personas que gesticulan mucho más que otras, o más de un lado de la cara que de otro. Además, hay algunas personas que solo se le marca la arruga del ceño cuando se enfadan mucho o las conocidas como ‘patas de gallo’ cuando se ríen mucho, o poco.  Por eso no hay un patrón a la hora de aplicar toxina botulínica con fines estéticos, si no se estudia con cuidado cada rostro se puede obtener un cambio de expresión que puede no favorecer. En la Clínica antiaging & estética avanzada Gema Cabañero contamos con doctores especializados que estudian con detenimiento cada caso en particular. Trabajamos con un sistema de diagnóstico llamado Inner Wellness que es capaz de ver las arrugas que se están formando aún antes de que aparezcan. Gracias este sistema exclusivo nuestros médicos son capaces de aplicar este tratamiento sin ningún margen de error y conseguir el diseño del tratamiento perfecto para cada paciente”.

Balance médico con asesoramiento personalizado de la inyección con toxina botulínica

Los efectos secundarios, en general mínimos si se aplica bien, van desde el dolor de cabeza hasta una difusión indeseada que afecte a grupos musculares no tratados. Para evitar disgustos, ponte siempre en manos de un médico estético especializado que opere en una clínica profesional (no en una peluquería ni en su casa). Ten en cuenta que cualquier médico-estético debe estar en condiciones de atender todas tus dudas sobre el bótox, así como de enseñarte el producto que te va a inyectar y entregarte la información pertinente.