Un aumento de pecho bonito y natural, con la menor cicatriz posible. Ese es el deseo de cirujanos y pacientes y cada vez está más cercano a la realidad, con la evolución de las técnicas quirúrgicas y tratamientos postquirúrgicos.
El aumento de pecho es la intervención más demandada a nivel mundial, según la última encuesta ISAPS 2020. Pero la idea de una cicatriz para siempre es una de los principales dudas a la hora de someterse a esta intervención.
Las marcas que dejan este tipo de intervenciones estéticas son, para muchas, el motivo para echarse atrás y una de las preguntas frecuentes en consulta. La cirugía de pecho mínimamente invasiva y otras nuevas técnicas quirúrgicas abren el camino a que las cicatrices sean cada vez más pequeñas e imperceptibles. A ello se suman tratamientos con láser o infiltraciones que ayudan a eliminar las marcas.
Cirugía de implantes mamarios mínimamente invasiva
Si la cicatriz medía cuatro centímetros, ahora se puede reducir a la mitad. Esto es posible con la cirugía de implantes mamarios mínimamente invasiva. Esto se consigue con la realización de incisiones mínimas cuando se coloca la prótesis por el surco submamario (debajo del pecho).
En este tipo de cirugía se utiliza un instrumental especial. Se trata de una valva (herramienta quirúrgica para separar los tejidos) iluminada y específica para este tipo de procedimientos. “Apenas tiene dos centímetros de ancho, lo que permite entrar por una incisión tan ajustada como esta”, detalla el doctor Jesús Centeno, cirujano plástico, estético y reparador, y director de Sensabell Plastic Surgery. La colocación del implante se realiza con la utilización de un insertor o funnel. Se trata de un instrumento que se asemeja a una manga pastelera y que facilita la entrada del implante a través de la pequeña incisión.
Esta técnica de cirugía de aumento de pecho consigue una cicatriz más pequeña. Y así también una recuperación más rápida, porque el postoperatorio se reduce en un día o dos. Supone, sin embargo, aumentar en un 20 % el tiempo de estancia en quirófano.
Cirugía axilar con cámara endoscópica
La cirugía de aumento de pecho a través de la axila es una de las opciones para ocultar la cicatriz. Sin embargo, presenta el inconveniente de tener que realizarla a ciegas. Eso plantea riesgos como que la prótesis no quede bien ubicada, al no poder localizar con precisión el bolsillo mamario.
La nueva solución para esta opción de aumento de senos es la incorporación de una cámara endoscópica. Se introduce a través de la incisión de unos 4 centímetros realizada en el pliegue de la axila. Gracias a la información visual que consigue, el cirujano puede trabajar con mayor precisión.
Esta técnica permite coagular mejor los vasos sanguíneos, “por lo que el riesgo de que se produzca un encapsulamiento de la prótesis mamaria es mucho menor” señala el doctor Jesús Olivas-Menayo, cirujano plástico de Clínica FEMM. Así, el postoperatorio también es más leve.
Junto a las nuevas técnicas quirúrgicas, también existen opciones de tratamientos para reducir las cicatrices. Entre ellos se encuentran las microinyecciones de plasma rico que plaquetas. Se obtiene una muestra de sangre de la propia paciente, que se centrifuga en el laboratorio. Así se obtiene el plasma rico en factores de crecimiento, que se infiltran en la zona de la cicatriz. Este protocolo estimula la generación de colágeno y elastina, proteínas fundamentales en la juventud y tersura de la piel. También permite una mayor irrigación del área y la llegada de nutrientes.
Otra de las opciones es el láser UrgoTouch, que se utiliza en quirófano, inmediatamente después de la cirugía. Se reduce la inflamación asociada a la cicatrización y así se estimula la formación de nuevo colágeno.
Por último, existe tratamientos con láser CO2, para aplicar en el periodo postquirúgico Se trata de un láser fraccionado,que se aplica dejando zonas de la piel intactas, para promover una curación más rápida. En las zonas donde sí actúa, se crean canales microscópicos que inducen a la producción de colágeno y elastina.