El paradigma de la cosmética ha cambiado. Fiel a su compromiso con la actualidad, Dior nos abre las puertas a su ‘cocina’ y nos enseña los ingredientes que componen las fórmulas de sus productos.
Dior confirma su compromiso con el planeta y con el consumidor mostrando los entresijos de sus ingredientes.
Sostenibilidad o banquillo. Las marcas deben elegir dónde se posicionan. Pionera en ‘la cosa de la sostenibilidad’ desde 1947, la elección de Dior no ofrece lugar a duda. Y para dar muestro de ello, desde este mes de febrero cualquiera podrá someter a escrutinio los productos de Dior en su página web. Cojamos las gafas de leer letra pequeña.
Miss Dior. EDT de Dior. Precio: 108 euros.
Desde este mismo febrero, cuando quieras composición sobre los productos de Dior podrás acceder a la composición de sus perfumes, cosmética facial y maquillaje. Sabedora de que actualmente nos importa tanto la procedencia de los ingredientes como el resultado final en piel, la casa ha decidido hilar fino y contarnos el índice de naturalidad, el origen, el método de cultivo de los ingredientes distintivos y el impacto ambiental de cada uno de ellos, así como del envasado.
Los ingredientes se han clasificado por familias y se enumeran según sus beneficios, lo que facilita al cliente discriminar los productos según sus expectativas.
Antes de dar este paso, que afecta a cerca de 1000 referencias de su catálogo, Dior ha realizado un estudio con 1.500 usuarios de lujo en Francia, China y Estados Unidos. La muestra arrojó dos áreas de interés: la salud, incluida la seguridad de los productos que aplicamos en la piel, y el respeto por el medio ambiente.
La info estará disponible en todos los idiomas y también estarán disponibles a través de un código QR impreso en la caja de los nuevos lanzamientos.
Así, los clientes podrán elegir con toda certeza qué se están poniendo exactamente en la piel. Como dice Dior (y completamos con la inestimable ayuda de Ramón Trecet), “dejar la belleza como huella, en total transparencia”, es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo 😉.
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