Para algunos expertos el Índice Glicémico (IG) es el principio de una nueva era en lo que a dietas se refiere. Deja de pensar en cantidades de calorías y ríndete sin reservas al IG, una nueva fórmula de clasificar los alimentos en función de la rapidez con la que su azúcar llega a la sangre. Si el IG es alto, el azúcar llega rápidamente a la sangre, por lo que a los pocos minutos volverás a sentir apetito. Por el contrario, si el IG es bajo, la sensación de saciedad se prolonga por más tiempo y tendrás menos ganas de atacar por sorpresa el frigorífico. Para que te hagas una idea, los alimentos con IG alto son las patatas fritas, los sándwiches, el pan, la sandía y el maíz. Busca siempre que puedas alimentos con un IG más bajo como los guisantes, los zumos, los yogures, la pasta, el chocolate negro o las cerezas.
Si quieres conocer a fondo esta teoría te recomendamos que visites la web de Michel Montignac, pionero en dietas de adelgazamiento según el Índice Glicémico.
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