Dentosofía significa ‘sabiduría de los dientes’, y consiste en realizar una ‘lectura’ holística de la boca del paciente para restaurar su equilibrio
Ojo: no es una terapia ‘alternativa’, aunque es cierto que todo lo ‘holístico’ desprende un aire ‘new age’ que mucha gente puede asociar a ese marco. La dentosofía se encuadra en la odontología pura y dura. La diferencia son los matices emocionales y vitales propios, única y exclusivamente, de cada paciente, que tiene en cuenta a la hora de personalizar su tratamiento.
Y sí: la reeducación funcional de la boca que sólo una ortodoncia consigue es uno de los objetivos de la dentosofía. En muchos casos, en menos tiempo que con una ortodoncia convencional (y no tan convencional, como las muy populares ortodoncias a base de férulas invisibles) y por menos dinero.
La dentosofía se construye sobre una premisa básica: todos los acontecimientos orales y dentales, ya sean de origen natural, accidental o ‘modificado’ de forma terapéutica, tienen una repercusión global en el paciente hacia el equilibrio o el desequilibrio.
Si nos encontramos con un desequilibrio, como una pieza de menos, una carie, un apiñamiento o cualquier otra situación que genere malestar en la boca, el cuerpo activa de forma automática mecanismos de compensación que permitan restablecer ese equilibrio. El cuerpo realiza ese proceso de compensación constantemente. Como cuando te estás recuperando de un esguince, por ejemplo, y eso afecta a tu forma de caminar y puede terminar generándote un problema en la cadera o en la espalda. La dentosofía se basa en esa lógica interna del organismo.
Una consulta prototípica puede durar tranquilamente una hora u hora y media. Sólo la primera, el resto son más rápidas. El (o la) experto valora cada pieza dental en función de la totalidad de la persona, de lo que supone en términos de desarrollo madurativo, tanto físico como emocional, psicológico y comportamental. A partir de ahí, se fija un objetivo y se pautan los aparatos odontológicos de reeducación funcional, las prótesis o cualquier otro elemento material que permita devolver a esa boca la armonía.
Una ortodoncia prototípica puede consistir en masticar durante 5 minutos tres veces al día un mordedor especial. O dormir con ese mordedor.
Sin duda, una aproximación revolucionaria a la práctica de la odontología. La primera consulta puede ser lo más caro en proporción (en torno a 150 euros), el resto de visitas oscila en torno a los 40 euros. Las ortodoncias, como he dicho con anterioridad, son más asequibles que los tratamientos convencionales (Brackets o Invisalign). Prácticamente es una ‘experiencia’ de crecimiento personal. ¿Recomendable? Sin duda.