La terapia japonesa del agua conocida como Sayu nos hace perder toxinas y adelgazar, pero sobre todo es buena para la salud.

Pero por más natural y pura que sea el agua no es una dieta natural a seguir, sino un sistema depurativo de racionar el agua para que sea aún más drenante, saludable y poderosa. Según sus adeptos, la terapia japonesa Sayu ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares, la artritis, la obesidad, enfermedades pulmonares y urinarias, el estreñimiento, los trastornos menstruales e incluso algunos tipos de epilepsia.

El método Sayu cuenta con otra ventaja sustancial: es de una sencillez que desarma. En esencia, consiste en tomar unos cuantos vasos de agua templada en ayunas y esperar 45 minutos antes de digerir algo sólido. La cantidad debe oscilar entre 600-800 ml (unos 4 vasos de agua), y se puede aderezar con unas gotas de limón para que sea más antioxidante y ‘detox’. Es preferible que sea agua mineral a temperatura ambiente en recipiente de cristal o bien agua filtrada.

terapia-sayu-2

Como atizarse tantos vasos de agua en ayunas puede ser un poco duro si no estás acostumbrada, el método permite ir adaptando el cuerpo con menos líquido y aumentando progresivamente la cantidad. Este ‘atracón’ inicial es el mayor pico de toma de agua del día, puesto que la siguiente recomendación es no beber (ni comer) absolutamente nada durante las dos horas siguientes a cada comida para no diluir los jugos gástricos y entorpecer con ello la digestión. Ojo: a lo largo del día hay que asegurarse de beber los dos litros de agua de rigor. Siempre, sin gas (el ácido carbónico acidifica el estómago) y preferiblemente templada.

Por la noche, el líquido elemento recupera protagonismo, pero esta vez con el añadido de sal y en forma de gárgaras, sistema que mantiene limpia la boca y refuerza su función barrera ante virus y bacterias. Una boca sana trasciende cuestiones básicas de higiene y bienestar: se sabe, por ejemplo, que la mortalidad del coronavirus aumenta significativamente si las encías están inflamadas, y también la posibilidad de sufrir un accidente cardiovascular.

Los beneficios de la terapia Sayu se hacen notar en pocos días. El cuerpo va expulsando toxinas a través de la orina y la transpiración y los practicantes aseguran sentirse más ligeros, además de con menos ansiedad por la comida. Esto se debe a que el agua en ayunas activa el metabolismo, regula el tránsito intestinal y tiene un efecto saciante. Muy a menudo pensamos que tenemos hambre cuando lo que en realidad sentimos es sed (¡compruébalo!).

Quizá lo más incómodo sea la cuestión de esperar 45 minutos por la mañana, si es que sueles desayunar en cuanto te levantas. En cualquier caso, la terapia Sayu no tiene ninguna contraindicación ni efecto secundario y puede representar un hábito positivo para ti.

Sayu-nara, baby, sayonara!