Sobre la cuestión de si hay que lavarse el pelo todos los días han corrido ríos de tinta. Y lo que te rondaré, morena.
La mitología que rodea esta cuestión se podría comparar -en cantidad- al milagro de los panes y los peces. Que si lavarse el pelo a diario es malísimo, que si peor será robar, que si el cuero cabelludo se obstruye con la suciedad y es peor porque puede fomentar la caída… Seguro que has oído y leído un sinfín de teorías sobre esta cuestión que trascienden, con mucho, la higiene. Veamos si podemos arrojar un poco de luz.
Dicen que Brad Pitt y Leonardo di Caprio (te sonarán por su pasado como sex-symbols) se duchan sólo una vez a la semana para ahorrar consumo de agua al planeta. Un gesto encomiable sin duda, pero quizá no haya que pasarse un pelo. Aplicando lógica ‘ingenieril’, bastaría con dejar hablar a tu cabello y ‘escuchar’ lo que te está pidiendo, quizá a gritos.
Si tienes el pelo seco, probablemente te convenga espaciar los lavados porque el proceso lo reseca aun más, especialmente si usas agua muy caliente. Si lo tienes graso, el masaje y el uso de productos inadecuados puede producir más grasa todavía. En este caso te bastaría con alternar un champú neutro y uno antigrasa, pero no dejes de lavártelo a diario si la grasa te hace sentir incómoda.
¿Cuándo hay que lavarse el pelo? Cuando se tiene sucio. Chim-pun. Ojo: no es tan evidente. En esta importante decisión influyen también tu tipo de pelo, el volumen de tu melena, si tu cabello está teñido y tu actividad diaria. Y segundo ojo: si te preocupa la hidratación, harás bien en lavarlo con menos frecuencia porque el agua oxida la fibra capilar -por la presencia de ciertos minerales-.
Si tu cabello se engrasa con facilidad y quieres espaciar los lavados para que no se reseque, puedes usar champú en seco durante el día (o días) alternos o incluso polvos de talco en la raíz. Sacúdelo bien para que no queden restos y verás qué suelto te queda el pelo, el talco absorbe hasta la última gota de grasa.