Las calorías negativas son un truco, muy bien pensado, que pueden ayudarte a no pasarte con las comidas. El problemas es que no hay muchos alimentos con muy pocas calorías y estos no contienen todos los nutrientes que necesitas para vivir.
El apio, el pepino, la zanahoria, las berenjenas, el tomate, las espinacas, cerezas, arándanos… Todas estas verduras y frutas tienen tan pocas calorías que con la energía que se precisa para digerirlas nos darían un saldo negativo en nuestra dieta, y las tomaríamos como calorías negativas.
Pero te dejes embaucar por cantos de sirena porque “esos alimentos son exactamente eso, alimentos, y no una dieta”, explica Javier Lara, especialista en nutrición.
La dieta es algo más; para alimentarnos bien necesitamos ingerir proteínas, hidratos de carbono y grasas. “Por eso las calorías negativas no son tan sencillas como pudiera parecer”, añade Javier Lara.
Por ejemplo, una berenjena tiene 25 calorías por 100 gramos, e, imaginemos que para digerirla, una persona consume 35 calorías. Este sería un caso de déficit calórico porque tendríamos 10 calorías negativas.
Pero no podemos alimentarnos sólo de berenjenas o de pepino o de batidos de frutas, sino que tratamos de hacer una dieta variada y equilibrada. Y sería una barbaridad consumir alimentos que en la balanza de nuestra dieta sólo aportaran calorías negativas.
El metabolismo es diferente en cada persona
Ya decimos que la nutrición no es tan sencilla. Primero, porque el metabolismo basal de cada persona depende de su edad, su peso, su estatura o su actividad física y cada uno de nosotros necesitamos unas calorías mínimas para seguir viviendo.
“Una persona no consume las mismas calorías que otra para realizar la digestión. Cada uno tenemos un metabolismo, un gasto calórico y para saber cuál es hay que realizar una medición de la composición corporal, y así ver cuál es el metabolismo general diario de cada uno. Por ejemplo, una mujer con menopausia va a tener un metabolismo más lento que un adolescente en plena efervescencia hormonal”, indica Javier Lara.
Cuidado con las dietas milagro
Ahora que estamos en plenas fiestas navideñas (aunque sean un poco raras), todos nos salimos de nuestra alimentación habitual. Después del Roscón de Reyes nos damos cuenta de que nos hemos pasado y buscamos un remedio rápido para volver a nuestro peso.
Simplemente leer “calorías negativas” te parece un bombazo. ¿Si me alimento de apio, pepino, zanahorias, brécol y todos los alimentos con pocas calorías adelgazo, no? A lo largo del día, destinas entre el 5% y el 10% por ciento de tu gasto energético a digerir y almacenar los nutrientes de los alimentos que comes.
Efectivamente puedes adelgazar, pero seguir una dieta con pocos alimentos hace que te pierdas un montón de nutrientes o incluso puedes enfermar.
“A la hora de hacer una dieta de pérdida de peso es mucho mejor hacer hasta más comidas continuadas que dejar muchas horas sin comer porque cuando llega la hora de la comida comes mucho más y no tienes cuidado con lo que comes. Es un problema de ansiedad. Yo, cuando pongo un plan de pérdida de peso, pongo hasta 6 comidas al días para que no lleguen voraces de una a otra. Así estamos comiendo menos calorías pero con más frecuencia”, añade Javier Lara.
En cuanto a cómo introducir esos alimentos con menos calorías, “es recomendable incluir esos alimentos a la hora de la cena porque a partir de esa hora ya no voy a tener gasto calórico, pero si los tomo por la mañana no voy a tener energía durante el día”, afirma Lara.
Por eso, de lo que se trata es de conseguir un equilibrio, incluyendo estas verduras con muy pocas calorías, en nuestra dieta, pero no olvidándonos de los demás alimentos.
¿Calorías negativas? Ningún alimento las tiene. Todas suman pero procesarlas en tu organismo también consume calorías.
Es mejor hacer caso a un nutricionista que escuchar medias verdades que sólo pueden perjudicarte.