Pasear descalzo, tener los pies a remojo en la piscina y la playa o llevar sandalias son placeres que pueden pasar factura. Es momento de rescatar los pies tras el verano.
La piel de los pies puede ser hasta un 50 % más gruesa que la del rostro. Por aguantar el peso del cuerpo, por el modo de caminar o por el tipo de calzado que se utiliza. Por eso tras el verano, nos toca ver los daños de nuestros pies y repararlos antes de guardar las sandalias en el armario.
Lo que no me permito son las durezas (hiperqueratosis), que no son otra cosa que una capa gruesa de células muertas. Siempre hago exfoliación, mucha nutrición y lima de pies o piedra pómez cuando se necesita.
Pies tras el verano: así debes cuidarlos
Durante las vacaciones has disfrutado de esos pequeños placeres que decíamos más arriba. Pero quizá hayas descuidado los pies. Y en una piel seca es mucho más fácil la aparición de grietas, ampollas, descamaciones, callosidades y rozaduras. Sin embargo, con los pies debidamente hidratados, se minimizan estos problemas.
Cuidar los pies tras el verano es tarea sencilla, si sigues estos pequeños pasos, que recomiendan los expertos de Salvelox:
- Pies siempre secos. Es importante para evitar la aparición de hongos y bacterias, por eso pon cuidado en secarlos bien tras la ducha. A ser posible, no utilices el mismo calzado dos días seguidos.
- Corta bien las uñas. No solo es cuestión de estética. Cortar las uñas de forma inadecuada puede provocar heridas y uñas encarnadas (onicocriptosis).
- Cuida la circulación. Los pies son la base sobre la que reposa todo el peso de nuestro cuerpo. Un masaje o unos simples movimientos adelante y atrás con una pelota de tenis o botellín de agua bajo el pie, son adecuados para mejorar la circulación.
- Y mucha hidratación. Aplica a diario un producto que hidrate los pies profundamente. Así se evitará la formación de grietas, callosidades o ampollas
Buenos cuidados para los pies
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