Perfumes nicho, muy estimulantes para el verano más atípico de la historia
Nadie dijo que asistir a una pandemia fuera fácil. Este primer verano de nuestra Nueva Humanidad se presenta ciertamente ‘curiosito’ (por resumir el sentir general de los diversos sectores que componen este, nuestro país). Salpimentémoslo alegremente con los últimos perfumes del mercado. Disfruta, que algo queda.
Francis Kurkdjian es uno de los grandes nombres de la perfumería. Tras foguearse en distintas marcas premium, creó su propia casa como lugar de acogida de sus creaciones más personales. L´Eau à la Rose es su última referencia: una caricia de pétalos de rosa recogidos al alba que despliega sobre la piel una brisa delicada, floral y afrutada. Súper femenino.
Precio: 155 euros / 70ml. En Le Secret du Marais.
Carner Barcelona traza un retrato robot del verano ‘a toda costa’ en su perfume Salado. Un canto a la frescura que tanto apetece cuando el mercurio se empieza a disparar que recuerda “al aroma de la piel bronceada por el sol y salpicada por la sal del mar”.
Las notas no pueden ser más interesantes: pimienta rosa, petitgrain paraguayo y bergamota italiana para la salida, flor de azahar marroquí y pepino en el corazón y acorde de sal y almizcle como base.
Precio: 150 euros / 100ml. En Isolée.
7753, de Histoires de Parfums, es todo un ejercicio de imaginación y creatividad. Inspirado en la Gioconda y su misteriosa sonrisa indescifrable, este perfume embotella su legendario poder de atracción. Ni un Da Vinci metido a perfumista hubiera logrado algo como esta fragancia que arranca con bergamota italiana y bayas de Ma-Khaen, continúa con nardo, higo barbary y heliotropo y culmina con vetiver, sándalo y musgo de roble.
Precio: 105 euros / 60ml.
Para Thierry Mugler, tienes Angel cuando pones foco en conseguir tus sueños. Angel Nova es el nuevo flanker de la ultraconocida fragancia de la casa: un perfume afrutado, floral y amaderado formulado por un trío de perfumistas que han conseguido fusionar sus talentos y aportar, como las tres hadas de La Bella Durmiente, una virtud distinta a la fragancia: pasión, feminidad y energía.
El lichi y la frambuesa abren el apetito y producen una adicción frutal, que cede a un sensual corazón de rosa Damascena atemperado por la base de madera de Akigala y benjuí.
Precio: en torno a 80 euros / 100ml.
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