Y no son beber agua ni dormir. Ni tampoco tener 20 años o hacer el amor.

Aunque este último (hacer el amor) es el factor imprescindible para tener buena cara e irradiar salud y buen rollo. Y no lo digo yo -aunque podría hablar durante horas del notable impacto que tiene la actividad de marras sobre la piel-, sino algunos dermatólogos sin pelos en la lengua.

Suplir las necesidades básicas de la piel con maquillaje no sólo es posible, sino que, en estos tiempos de estrés-19-añadido-a-la-vida, puede ser necesario. Te contamos cómo tener buena cara en un periquete con el mínimo esfuerzo.

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Guerlain Terracotta MATTE. Precio: 51,10 euros, de venta en Sephora.

La maquilladora con línea de color propia Sonia Marina, quien trabaja habitualmente con celebrities y modelos en maquillaje editorial y de alfombra roja, nos desvela los productos ad hoc con los que digievolucionar de cara de acelga a persona dormida, comida, hidratada con agua mineral y… con sus necesidades afectivas bien cubiertas.

Tres, son tres, y casi seguro que te manejas todos con pericia.

Polvos de sol: dan cara de vacaciones y, además, aportan un brillo satinado a la piel efecto ‘besada por el sol’. Sonia nos recomienda aplicarlo trazando un tres en el rostro con la brocha. Lo que sobre va al resto del rostro respetando la zona T para un acabado más natural.

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Amazonian Clay 12-hour, de Tarte. Precio: 34,95, lo encuentras en Sephora.

 

Colorete: “aviva las mejillas con un look sano y alegre”, nos cuenta Sonia. “Los tonos corales son los más apreciados para lograrlo, basta con un toque sutil”. Se aplica con una brocha pequeña en el centro del pómulo en el punto más alto, según la forma del rostro.

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Polvos Iluminadores Highlighter Star Dust Salmon, de Sonia Marina (34 euros)

-Highliter (‘toy brillando con highliter, no lo ves): el brillo imprime ‘jugo’ a la piel, algo que por norma poseen la inmensa mayoría de rostros hasta que el paso del tiempo lo mitiga. A los maquilladores les encanta usarlo porque “realza el rostro corrigiendo las imperfecciones”. Se aplica en los puntos de luz clave: la parte alta del pómulo, el tabique nasal, el lagrimal y el arco de cupido.