Somos química pura. Así, algunos alimentos son capaces de aumentar la producción de las hormonas que te hacen sentir feliz. Dales duro y ¡a gozar!
Ser feliz es una suma de predisposición genética, actitud y estilo de vida. Lo que comprende, entre muchísimas otras cosas, los alimentos que pones en la punta de tu tenedor.
El sociólogo Miguel Almodóvar lo explica de un modo muy apetecible en “Mood Food, la cocina de la felicidad”: “estar de buen humor hace que te sientas mejor y seas más optimista. Fomenta la creatividad y el aprendizaje y ayuda a superar el estrés”.
Ojo: comer con la vista puesta en la producción de serotonina y endorfinas, las hormonas de la felicidad, no está reñido con las fantasías gastronómicas. Y, si lo dudas, echa un vistazo a la suculenta lista de la compra que hemos preparado a continuación. A por la felicidad zampando, ¿puede haber plan mejor?
–Queso, carne magra, pescado y legumbres. Todos ellos grandes hits de la dieta mediterránea y excelentes materias primas -exceptuando el queso, que esencialmente es una delicia y uno de los alimentos que mejor muestran la cultura propia de cada zona donde se elabora-.
Estos alimentos tan corrientes en toda dieta poseen triptófano, aminoácido que participa en la producción de serotonina. Cuando comes triptófano y carbohidratos, que a su vez se convierten en azúcar en el intestino, lo que promueve la liberación de la insulina, el cerebro absorbe el triptófano y empieza a gotear serotonina mientras tú flotas en éxtasis. Efectivamente: había una razón para que te haga tan feliz un entrecot con patatas.
-Verduras de hoja verde. Acelgas, espinacas, rúcula, berros… Todas estas verduras tan ‘humildes’ están cargadas de magnesio, mineral directamente relacionado con nuestros niveles de energía y con distintas reacciones bioquímicas. Cómelas crudas con su buen aceite de oliva: basta un puñado de hojas verdes al día para rejuvenecer el cerebro y mandar la ‘nube negra’ donde la quieran.
–Nueces y salmón. Excelentes fuentes de omega 3, el ácido graso esencial conocido como ‘el antidepresivo natural’. El omega 3 protege el corazón, mejora la memoria y los procesos de aprendizaje, potencia la plasticidad neuronal y aumenta la producción de serotonina. Incluye nueces a diario y salmón dos o tres veces por semana -mejor crudo, si te gusta-, y deja que vaya haciendo su cometido.
–Chocolate negro. Reconoce que estabas deseando que llegara este momento.
El chocolate negro contiene triptófano y magnesio, pero también ayuda a regular el flujo de sangre al cerebro gracias a la teobromina, una sustancia estimulante que hace que te sientas con más energía. Además, qué diablos: está riquísimo y eso siempre da gustito.
Para aprovechar sus beneficios, cómelo lo más negro posible (si no, tendrá poco cacao de verdad).
Aparte de lo que sea que cocine tu santa madre, ¿qué otros alimentos te hacen sentir feliz?