¿Si uno de tus cosméticos, un aceite, huele a rancio hay que tirarlo?¿Por qué se enrancian?
Un aceite de belleza que huele a rancio es un aceite que se ha oxidado. No tiene más ciencia. Sin embargo, hay aceites que se oxidan antes que otros; para evitar que huelan a rancio se añaden antioxidantes, como la vitamina E, extractos de oleorresina de romero, aceite de germen de trigo, vitamina A, vitamina C, betacarotenos…
Cleopatra, que presumía de tener una piel envidiable, usaba aceites, sobre todo de oliva, su aliado de belleza que combinaba con miel, leche batida, pepinos, sal o huesos de aceitunas para elaborar su exfoliante, su mascarilla o su crema.
Aceites y belleza
Desde entonces, los aceites forman parte de nuestra rutina de belleza y siempre tenemos a mano alguno que nos salva de alguna irritación, hidrata nuestra piel y nuestro cabello tras tomar el sol, suaviza cicatrices. o simplemente lo usamos por puro placer.
Los aceites vegetales y los aceites esenciales son diferentes entre sí porque se extraen de manera diferente; mientras que los vegetales se obtienen del fruto o de la semilla de las plantas, los esenciales provienen directamente de las plantas aromáticas. Los vegetales los aplicamos directamente sobre la piel, mientras que los esenciales se diluyen sobre una base de aceite vegetal o sobre una crema.
Sin embargo, algunos aceites se nos oxidan (se vuelven rancios), es decir, que se degradan debido a ciertos factores que aceleran este proceso, como el oxígeno, la luz, el contacto con metales oxidantes como el hierro y el cobre o el calor, mientras que si se añade vitamina E ralentizamos esa oxidación.
¿Qué aceites se oxidan más y cuáles menos?
Algunos aceites vegetales, como el de aguacate, albaricoque, almendras, argán, avellana, coco, jojoba, oliva, ricino, manteca de cacao o el de manteca de karité son poco sensibles a la oxidación, mientras que el de germen de trigo, girasol, onagra y semilla de uva son muy sensibles y el de rosa mosqueta es el que más se oxida aunque es uno de los mayores regenerantes de la piel que ayuda a eliminar cicatrices, manchas y estrías. Es el favorito de la “jefa”, Beatriz Peña. “El que más aguanta es el de almendras dulces, muy habitual como aceite base”, explica Inma Riu, farmaceútica de Barcelona. Por cierto, un aceite muy bueno para usar durante el embarazo.
¿Lo tiro si huele a rancio?
Si tienes duda sobre la caducidad de tu aceite, lo mejor es que mires el PAO (Period after Opening o vida útil del producto). En la Unión Europea no se exige que los productos cosméticos con una fecha de uso preferente superior a 30 meses lleven impresa la leyenda de Consumir preferentemente antes de. En su lugar debe figurar el PAO, que indica el periodo que puede pasar tras la apertura del envase.
Apúntante cuándo lo has abierto
No es fácil acordarse ni hacerlo, pero es un truco estupendo apuntar en cualquier esquina de tu aceite cuándo lo has abierto; así sabrás la fecha de consumo preferente.
“No pasa nada por ponerte un aceite de belleza que huela a rancio, explica Inma Riu; lo que va a pasar es que tú huelas realmente mal, pero si el aceite no está ni oscuro ni tiene algún poso, no pasaría nada. Si tiene un aspecto normal y lo que está es enranciado yo me lo pondría, pero si está mal sí que puede dar algún tipo de irritación en la piel.”
Lo mejor es que el aceite no esté en contacto con el aire; por eso, los mejores formatos son los que evitan ese contacto y el envase es oscuro. Así eludes que ese aceite de belleza huela a tan mal, a rancio.