Cindy Crawford o Elsa Pataky los lucen orgullosas. Pero no a todo el mundo le gustan. Repasamos los mejores métodos para quitar lunares de la piel.
Algunos lunares son bonitos y se consideran un elemento atractivo. Algunos son muy famosos. Marilyn Monroe tenía un nevus intradérmico que desaparecía al maquillarse, pero ella volvía a pintárselo encima, incluso aún más marcado. También Madonna en sus primeros años. Y hoy los lucen sin problema Eva Mendes, Natalie Portman, Blake Lively o Kate Winslet.
Revisa tus lunares, ya sabes que en junio comienza la Campaña del Euromelanoma 2020.
Lunares que gustan… y que no
A lo largo de la historia, los lunares en el rostro se han utilizado como un elemento más del maquillaje, según el momento de la historia. En el siglo XVII, si no los llevabas, no eras nadie. Se los ponían las mujeres con la misma ligereza con la que hoy nos pintamos los labios o nos hacemos un eyeliner. También los hombres hacían uso de ellos. Los vendían en las mercerías y algunos tenían formas, de media luna, de flor… Se dice que, como sucedía con los abanicos, detrás de su uso y ubicación se escondía todo un lenguaje de juego amoroso (“estoy casada”, “te deseo”, “no me busques más”). Otra realidad también desvela que en realidad se utilizaban para tapar las marcas de la viruela, otro tipo de cicatrices o granos. Bonita historia, ¿verdad?
Sin embargo, no todos los lunares vienen envueltos en un halo de romanticismo y atractivo. Otras celebrities como Sarah Jessica Parker, Ewan McGregor o Enrique Iglesias, se han quitado los suyos. Incluso Elsa Pataky, en realidad, se quitó varios y solo se dejó uno. La historia de la humanidad con los lunares a veces es de amor y, a veces, de odio.
Mantener la vigilancia
Poniéndonos un poco teóricos, os diremos que los lunares (también llamados nevus) son agrupaciones en determinadas zonas de melanocitos que son las células que producen el pigmento de la piel. Lo más frecuente es que vayan apareciendo a lo largo de la vida (nevus adquiridos), desde los dos años hasta los 30 y 40. Pero hay algunos que están presentes desde el nacimiento o primeras semanas y a esos les llamamos nevus congénitos.
Normalmente los nevus no precisan tratamiento, más allá de cuidarse del sol, porque puede influirles (por eso salen pecas en verano). Sin embargo, hay que mantenerles bajo cierta vigilancia.
“Si no hay factores de riesgo, no hay evidencia para aconsejar que todo el mundo se revise sus lunares más de una vez al año, aunque siempre debemos hacerlo si observamos algún cambio o tenemos dudas”, apunta la doctora Arantxa Arana, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología y dermatóloga de Face Clinic.
Para vigilarlos, hay que seguir lo que se conoce como regla ABCDE:
- Asimetría: al dividir el lunar en dos, las dos mitades tienen que ser prácticamente iguales en cuanto a color y forma.
- Bordes: Lo normal es que los bordes sean regulares.
- Color: consultar si tiene más de 2 colores diferentes.
- Diámetro: más de 6mm tienen más riesgo.
- Evolución: Cambios en lunar que ya se tenía (ha crecido, ha cambiado de color, ha sangrado…).
Cuando se aprecia cualquier tipo de esos cambios, hay que consultar con el dermatólogo, para descartar que se trate de un nevus maligno o de un melanoma. Este último supone un 3% de todos los tipos de cánceres de piel que diagnostica un dermatólogo, sin embargo, causa el 90% de las muertes. “Es decir, no es el más frecuente pero sí el más peligroso”, apunta la experta de Face Clinic.
Los mejores métodos para quitar lunares de la piel
Sea por salud o por estética, los lunares se pueden quitar. Y hay diferentes métodos, entre los que se escoge según el caso.
- Cirugía: Siempre que haya dudas sobre la benignidad o malignidad de la lesión, es la opción que escogerá el especialista, porque así podrá analizar la pieza con anatomía patológica. Se hace con anestesia local y sin ingreso. El paciente puede volver a su vida normal con tranquilidad, pero siempre queda una pequeña cicatriz.
- Afeitado: Es el procedimiento elegido cuando las lesiones sobresalen de la piel. También se hace con anestesia local, pero no es necesario dar puntos y la cicatriz es menor.
- Láser CO2: Este procedimiento permite eliminar los lunares con menos riesgo de cicatriz. El láser de CO2 actúa como un bisturí o bien vaporizando la lesión. Es un método rápido y prácticamente indoloro que no requiere anestesia local. El problema es que no permite analizar después el tejido retirado, así que los dermatólogos solo lo recomiendan cuando están seguros de que no hay riesgo de malignidad. El riesgo de que quede cicatriz también es menor que con la cirugía.