Más corto que la media melena y más largo que un bob. Exploramos la longitud del pelo que se llevará este 2020.

Rozando los hombros: ésa es la longitud que define un long bob como mandan los cánones (si no, lo conoceríamos por otro anglicismo). El peinado de moda acumula méritos para que todas vayamos a la pelu al grito de ‘hazme un long bob ahora mismo o no respondo’.

Moderno como él solo, enmarca el rostro sin ‘desprotegerlo’ (a la inmensa mayoría de mujeres les infunde seguridad el pelo largo), deja el riesgo de lado -se puede aportar con el color- y funciona a la perfección sin ningún aderezo ni peinado. Sí, amiga, el long bob suelto, con su onda natural (el encrespamiento siempre controlado, por favor) y con raya en medio te sitúa en la tendencia sin pretenderlo. Y lo que es aún mejor, sin invertir un tiempo que no tienes.

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Llega un momento en la vida en el que una se plantea qué quiere realmente. El long bob podría ser la respuesta, al menos en materia capilar (dejar el tacón suele ser otra resolución posible cuando una aspira a la comodidad sin renunciar al estilo).

¿Las razones? Favorece a todos los tipos de rostro, da igual qué te haya tocado en suerte. Es prác-ti-co. Cómodo hasta el extremo de olvidarte de planchas, secadores y productos de acabado, es la longitud ideal para dejar secar al aire y que éste haga lo suyo en la naturaleza intrínseca de tu pelo. Y que quede fetén.

¿Más ventajas para la vida moderna? El mantenimiento es mínimo. Rozando el olvido. Cosa de pasar por la pelu cada dos meses a que te acaricien las puntas con la tijera. Y admite flequillos, capas y otros vuelos de la imaginación, claro está, además de todos los colores. Eso sí, si quieres ir a la cabeza de la tendencia, apuesta por un ginger soft (pelirrojo suave) como el de Ellie Bamber y pide que te capeen la melena. Conseguirás volumen en la parte alta de la cabeza sin quedarte ‘despeluchada’ por abajo (como en un mullet, por ejemplo).

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Además, del mismo modo que se adapta a todos los rostros, funciona para todos los tipos de pelos (rizados, lisos, ondulados, naturales, teñidos con colores de fantasía o reivindicativos con las canas a los cuatro vientos).

Permite lucir melena cuando el cabello va perdiendo calidad y ya no es plan de ir como la Pantoja. Esto equivale a un marco para el rostro, lo que da seguridad a muchísimas mujeres, y a la posibilidad de hacerse múltiples peinados con estas manitas y sus abalorios.

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Emma Stone

La última ventaja, y no es nada baladí, es que te entenderán en cualquier pelu. No es un corte complicado de esos a los que las palabras no alcanzan y una se queda en blanco. Aún así, una búsqueda rápida en los motores de Google arrancará un sinfín de resultados para aportar ‘pruebas gráficas’ a la estilista. Echa un ojo, raro será que no encuentres el long bob de la temporada para ti.