La primera dama brasileña, afectada por un embolsamiento mamario, ha tenido que someterse a una capsulectomía.
El 1% de las mujeres intervenidas por un aumento de mama tienen que volver a pasar por el quirófano a causa de un encapsulamiento mamario, un problema que sucede a muy pocas mujeres y que suele sobrevenir a los 10 años de haberse colocado prótesis en una cirugía de aumento.
Se trata de una complicación poco común y poco frecuente de los implantes que se emplean para aumentar la talla del busto femenino, tal como aclara el cirujano plástico y estético Jesús Centeno, y que en esta ocasión le ha sucedido a un personaje conocido, Michelle Bolsonaro, la esposa del actual presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro.
¿Qué es un encapsulamiento mamario?
El encapsulamiento mamario es una reacción a un cuerpo extraño que realiza nuestro organismo como síntoma del rechazo a un dispositivo que no le pertenece. Esta respuesta negativa no es exclusiva de estos productos empleados en cirugía estética, sino que puede ocurrir con cualquier otro tipo de prótesis y consiste “en un proceso inmunitario mediante el cual el cuerpo intenta protegerse de ese cuerpo produciendo alrededor de él una cápsula periprotésica que va a producir el aislamiento del implante”, explica el doctor Jesús Centeno, de Sensabell Plastic Surgery, en Valencia.
Esta reacción es tardía y suele aparecer entre los 5 y los 10 años después de la operación, y nunca como una respuesta aguda a la colocación de las prótesis de mama. Si surge pronto, explica el cirujano de Sensabell Plastic Surgery, en torno al año o dos años, el origen suele estar en algún tipo de complicación perioperatoria (producida alrededor del proceso quirúrgico), “una infección, hematoma o signo de cirugía traumática que genera una reacción inflamatoria exagerada a nivel del cuerpo”, indica el doctor Centeno.
La soución es una capsulectomía
La intervención a la que se ha sometido Michelle Bolsonaro se conoce técnicamente como capsulectomía y consiste en retirar el envoltorio que se ha formado alrededor del implante, y también el propio implante si la paciente lo desea. Puede hacerse de forma parcial o total, dependiendo del grado de contractura capsular que la paciente presente.
El postoperatorio es similar al de las cirugías estéticas de aumento de mamas y consiste, tal como cuenta el cirujano de Valencia, en una serie de controles que comienzan la primera semana tras la intervención, siguen a los 15 días y se van espaciando del mes a los seis meses.
Es muy importante que durante este tiempo la paciente siga los tratamientos antibióticos y antiinflamatorios prescritos por su cirujano estético y que “evite cualquier trauma en las mamas. Especialmente hay que restringir el inicio del ejercicio físico para eludir cualquier golpe o contusión”, nos explica el doctor Centeno.
Esta pauta se extiende a un periodo de seis semanas de recuperación, a la que se asocian una serie de tratamientos locales en el pecho, como masajes, algún tipo de sujetador especial y algunos ejercicios para facilitar que el envoltorio capsular alrededor del implante sea lo menos constricitivo posible.
Sin embargo, y según el propio doctor Centeno, lo más importante es la respuesta inmunológica de cada mujer a los implantes y la elección de los mismos para aumentar la talla de pecho, que influye en la aparición de encapsulamiento mamario. De esta forma, el doctor recomienda los de sexta generación o nanosuperficiales, “cuyas características del envoltorio se relacionan íntimamente con las células inflamatorias de nuestro cuerpo. Por eso, el organismo no las siente como muy extrañas y la cápsula que hace alrededor es muy fino. Se evita de manera fisiológica que se produzca un fenómeno de contractura”.